Hermès presenta una colección pensada para una mujer dispuesta

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Con lluvia en las calles de París y dentro del desfile, Hermès presentó en París una colección pensada para una mujer dispuesta a desafiar el mal tiempo y vestir con elegancia.

“Entre la equitación y el motociclismo”: así definió el desfile, la diseñadora de las colecciones femeninas de Hermès, Nadège Vanhee.

Para el desfile, Hermès montó una larga pasarela en la que caía una cortina de agua incesante, con las modelos evolucionando alrededor, como en un día parisino de otoño/invierno.

Cuero en abundancia, en chaquetas de tipo motociclista, pero también con largos abrigos, o ceñido al cuerpo, en forma de chaleco, con mangas de lana. En faldas largas, shorts o pantalones.

El cuero a veces terminaba en remaches metálicos, en el estilo motero o country, con el cuello abierto con grandes solapas, o cerrado con una hebilla.

La chaqueta también puede combinar la piel con las plumas de avestruz en el pecho y la espalda.

Botas altas de suela gruesa, estilo militar o cowboy. La mujer agarra el bolso y lo pega con fuerza al pecho, para evitar la lluvia.

Hermès presentó el desfile en los cuarteles de la Guardia Republicana, un lugar vinculado a la equitación, el origen de la marca francesa.

Los conjuntos iban desfilando monocromáticos, sin mezclarse: el rojo burdeos, el rojo sangre, el negro azabache, los ocres y tierras.

“La idea era realmente de ceñirse al purismo de la sastrería, así que no mezclamos los colores”, añadió la creadora.

“Navegando entre los arquetipos, entre lo masculino y lo femenino, con la versatilidad, la robustez y la atención al detalle” explicó en las notas del desfile.

También hubo espacio para la sensualidad o el traje chaqueta de gala: un conjunto de lana a rayas, amarillo trigo, compuesto por un abrigo con un estampado de lino beige de ciervo y unos pantalones de cintura alta.

– JUGANDO A LA PETANCA –

Paloma Wool es una joven diseñadora catalana, que volvió a París con una propuesta minimalista, en la que abundaron las transparencias, los shorts a partir de malla, como las camisetas de baloncesto, los tops minúsculos.

Colores tierra, bodies de algodón combinados con una capucha de lana.

“Hemos jugado mucho esta vez con la seda y el tricot, que cubría partes que quizás no quieres ver mostrar”, explicó a la AFP.

Las modelos desfilaban y se iban colocando en una pista de petanca en el centro de la sala, situada en el liceo Enrique IV de París, uno de los más selectos de la capital.

Luego iban jugando, con sus vestidos de lana o sus tops que imitaban las tasas de una bolsa.