El magnate del hip-hop fue declarado culpable de violar la Ley Mann tras un juicio que expuso años de abusos, coerción y fiestas sexuales organizadas por el artista.
El productor musical Sean “Diddy” Combs fue condenado a cuatro años y dos meses de prisión (50 meses) por violar la Ley Mann, una normativa federal que prohíbe transportar personas entre estados para fines de prostitución.
La sentencia fue dictada por el juez Arun Subramanian en el Tribunal Federal de Manhattan, tras un proceso judicial que duró más de dos meses y que incluyó testimonios de más de 30 personas.
Aunque fue absuelto de los cargos más graves —tráfico sexual y crimen organizado, que podrían haberle costado cadena perpetua—, el jurado lo encontró culpable de transportar a exparejas y trabajadoras sexuales para encuentros pagados, en lo que la fiscalía describió como “actos horribles para satisfacer su propia gratificación sexual”.

Durante el juicio, se revelaron detalles de las llamadas “Freak Offs”, fiestas sexuales organizadas por Combs, donde mujeres eran obligadas a participar bajo los efectos de drogas. La cantante Cassie Ventura, expareja del artista, testificó que fue forzada a mantener relaciones sexuales con desconocidos en múltiples ocasiones.
Antes de la sentencia, Combs ofreció disculpas públicas: “Mis acciones fueron repugnantes, vergonzosas y enfermizas. Estaba enfermo por las drogas… pero nunca dejé de trabajar. Me perdí en mi sueño de vida”. También pidió clemencia, asegurando que quiere recuperar su papel como padre y líder comunitario.
La defensa solicitó una pena de 14 meses, argumentando buena conducta en prisión y problemas de salud mental. Sin embargo, el juez optó por una condena intermedia, acompañada de una multa de 500,000 dólares, el máximo permitido por ley.
La defensa anunció que apelará el fallo, mientras el caso deja una marca indeleble en la industria musical y en el debate sobre abuso de poder y justicia para las víctimas.