El primer ministro nacionalista húngaro, Viktor Orban, acusó a la Unión Europea de “disparar” contra su país, al haber adoptado una serie de sanciones contra Rusia, que el gobierno califica de “bomba” contra la economía.
“No nos preocupemos por los que disparan sobre Hungría desde las sombras, en algún lugar de las atalayas de Bruselas”, dijo en un discurso en Zalaegerszeg (oeste) con motivo de la fiesta nacional que conmemora el levantamiento húngaro de 1956 contra la Unión Soviética.
“Acabarán donde acabaron sus predecesores”, añadió, prediciendo que la Unión Europea sufrirá un destino similar al del bloque soviético que se derrumbó entre 1989 y 1991.
El discurso se hizo eco del lanzamiento por el gobierno a mitades de septiembre de una “consulta nacional” sobre las sanciones europeas impuestas contra Moscú.
Orban critica reiteradamente estas sanciones, aunque las votó junto a sus socios.
Tanto en la capital, Budapest, como en el resto del país, se colocaron carteles con el dibujo de un misil y que decían: “Las sanciones de Bruselas nos arruinan”.
El primer ministro subrayó que su “gobierno fuerte y unido” superará los múltiples desafíos que se presentan, entre ellos una “guerra a nuestras puertas, la crisis financiera y la recesión económica en la UE, la invasión migratoria en el sur (…)”.
Desde el inicio del conflicto en Ucrania, Hungría — que depende en gran medida de las importaciones de hidrocarburos rusos– ha tratado de mantener buenas relaciones con el Kremlin.