Los empleados de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (HONDUTEL), se declararon en calamidad doméstica por el retraso de seis meses de salario durante una protesta frente al Centro Cívico Gubernamental (CCG), de Tegucigalpa y donde cientos de usuarios y empleados estuvieron de “rehenes” mientras duró el mitin.
Con pancartas y altos parlantes, los trabajadores aglutinados en el Sindicato de Trabajadores de la estatal telefónica (Sitratel), se plantaron durante varias horas exigiendo además un plan de recuperación financiera para la empresa en camino a la quiebra por falta de inversiones.
En vista de la protesta, los guardias del CCG cerraron los portones de acceso dejando encerrados por varias horas a los usuarios y empleados del complejo gubernamental.
A esa misma hora, otro grupo de la Asociación Nacional de Empleados Públicos de Honduras (Andeph) también protestaban dentro del CCG tensando la labor de los guardias que no hallaban a qué grupo contener, además de los airados reclamos de los usuarios queriendo entrar y salir dando lugar de conatos de pleito entre los tres bandos.
CALAMIDAD DOMÉSTICA
Mientras duró el mitin, el Sitratel denunció la falta de pago desde que asumió el gobierno provocando que sus empleados estén pasando hambre y con problemas de salud por falta de ingresos en sus hogares.
En la perspectiva de los sindicalistas, su situación laboral se ha agravado porque la empresa camina sin rumbo financiero desde hace 20 años cuando los gobiernos de entonces prefieren concesionar la telefonía celular privada y el servicio de internet en lugar de potenciar la empresa pública.
Con el paso del tiempo, explicaron los manifestantes, la empresa fue perdiendo competitividad y mermando sus ingresos al punto que ahora no puede cumplir el oneroso contrato colectivo para unos 2,500 empleados.
Como el gerente actual, Carlos Orbin Montoya, tampoco les ha resuelto su demanda esperan que la Presidenta, Xiomara Castro, ordene una partida especial para el pago de los salarios retrasados y ordene un plan de inversión que revierta la inminente quiebra a la que camina la estatal telefónica.
“Estamos en calamidad doméstica, tanto así que la gente no puede ni venir a trabajar, ya no nos dan fiado en la pulpería, algunos estamos perdiendo nuestras casas y tenemos gente enferma en nuestros hogares”, recalcó Ana Lourdes Elvir, vicepresidenta de la Seccional 1 del Sitratel.