El Banco Mundial recortó sus previsiones de crecimiento de China para este año a 2,7%, desde el 4,3% proyectado en junio, ante el impacto de la pandemia y de la debilidad del sector inmobiliario en la segunda mayor economía del mundo.
“La actividad económica en China sigue los vaivenes de la pandemia: a los brotes y las ralentizaciones del crecimiento han seguido recuperaciones desiguales”, dijo el Banco Mundial en un comunicado.
También revisó a la baja su pronóstico para el próximo año, de 5,2% a 4,3%.
“Se prevé que el crecimiento real del PIB alcance 2,7% antes de recuperarse a 4,3% en 2023 con la reapertura de la economía”, agregó la institución financiera con sede en Washington.
Las dos nuevas previsiones están por debajo de la meta oficial china de 5,5%, una cifra que los analistas consideran inalcanzable.
Después de tres años de confinamientos, pruebas masivas, cuarentenas extensas y restricciones de viaje, China abandonó este mes su política de cero covid.
Pero los cierres de negocios continúan ante los brotes de contagios y permanecen algunas restricciones.
“La continua adaptación de la política de covid-19 de China será crucial, tanto para mitigar los riesgos de salud pública como para minimizar mayores impactos económicos”, declaró Mara Warwick, directora del Banco Mundial para China, Mongolia y Corea.
El “estrés persistente” en el sector inmobiliario, que representa un cuarto del PIB anual del país, podría tener efectos macroeconómicos y financieros más amplios, dijo el Banco Mundial.
Agregó que el riego del clima extremo causado por el calentamiento global y el declive económico mundial también amenazan el crecimiento.
La ralentización china llega en momentos que la economía mundial se ve golpeada por las crecientes tasas de interés para contener la inflación, provocada en buena medida por la invasión rusa de Ucrania.
Pekín ha buscado impulsar su crecimiento con una serie de medidas de alivio, al recortar tasas claves de interés e inyectar dinero al sistema bancario.
“Destinar recursos fiscales al gasto social e inversiones verdes no solo apoyará la demanda de corto plazo, sino que contribuirá a un crecimiento más inclusivo y sostenible en el medio plazo”, dijo la economista en jefe del Banco Mundial para China, Elitza Mileva.