Aunque el gobierno hondureño celebró la exclusión parcial del país de las nuevas tarifas arancelarias impuestas por Estados Unidos, el economista, Martín Barahona, advirtió que la medida podría tener efectos negativos en el comercio bilateral, especialmente en sectores clave como el café, la tilapia y los camarones.
Barahona calificó la decisión como “una ruptura con toda lógica económica” y señaló que, aunque a primera vista el arancel del 10 % parezca moderado en comparación con los gravámenes más altos aplicados a otros países, su impacto podría ser más perjudicial de lo que se percibe.
El economista explicó que Honduras mantiene un déficit comercial con Estados Unidos, y que la aplicación de este gravamen podría profundizarlo.
“Ese 10 % será probablemente el café de Honduras, la tilapia, los camarones y otras mercancías que exportamos suban de precio, y eso puede afectar la demanda de clientes en Estados Unidos”, advirtió.

Barahona también alertó sobre la pérdida de competitividad frente a países que mantienen acuerdos preferenciales o que no fueron incluidos en las nuevas medidas arancelarias.
“No se trata solo del porcentaje, sino del efecto acumulativo en los costos logísticos, la percepción de riesgo y la estabilidad de los mercados”, añadió.
Semanas atrás, el canciller Javier Bú Soto anunció que Honduras quedó fuera de las nuevas tarifas adicionales del 10 % impuestas por el presidente estadounidense Donald Trump.
La noticia fue dada a conocer durante una gira oficial en Washington D.C., en la que se abordaron temas estratégicos como comercio, seguridad y el proyecto del Ferrocarril Interoceánico.
El canciller destacó que la decisión refleja “un excelente momento en la relación bilateral” y aseguró que se continuará trabajando en la facilitación comercial, la reducción arancelaria y la construcción de “puentes de entendimiento” con la administración Trump.

Aunque ambos —el economista y el canciller— coincidieron en la importancia de mantener una coordinación estrecha con Estados Unidos, Barahona subrayó que incluso un incremento moderado en los aranceles puede tener repercusiones directas en la competitividad de los productos hondureños.
La diferencia de enfoques entre la lectura diplomática y el análisis técnico revela una tensión latente en la política comercial del país: mientras el gobierno busca proyectar estabilidad y avances en las relaciones bilaterales, expertos advierten sobre los riesgos estructurales que podrían afectar a los sectores productivos más vulnerables.