Ajay Banga comenzó su primer día de tareas al frente del Banco Mundial (BM), la entidad financiera global para el desarrollo que atraviesa un momento clave de cara hacia el futuro.
“Estamos en un momento crítico de la humanidad y el planeta”, escribió Banga en la mañana de este viernes a sus empleados a través de un correo al que tuvo acceso, en el que además pidió que la institución “evolucione” para lograr los desafíos que enfrenta actualmente.
Sij, nacido en India y naturalizado ciudadano estadounidense, fue nominado para ejercer el cargo por cinco años por el presidente demócrata Joe Biden tras una exitosa carrera en el sector empresarial, incluido un largo periodo dirigiendo la compañía de pagos Mastercard.
Banga, de 63 años, promete expandir el papel del sector privado para suplir las necesidades del mundo en desarrollo. Asumió la presidencia del BM luego de la renuncia de David Malpass tras cinco años de mandato y en medio de inquietudes sobre su postura acerca del cambio climático.
“La escala y diversidad de nuestros desafíos -pobreza y desarrollo, pandemia (de covid-19), cambio climático, conflicto y vulnerabilidad- están profunfamente entrelazados y amenazan nuestras ambiciones colectivas”, indicó Banga en su correo.
“El desafío de Banco Mundial es claro: debe perseguir tanto la adaptación climática como la mitigación, debe llegar a los países con menos ingresos sin dar la espalda a los de medianos ingresos, debe pensar globalmente pero reconocer las necesidades nacionales y regionales, debe aceptar el riesgo pero hacerlo con prudencia”, añadió.
“El cambio es apropiado para el Banco Mundial. No es síntoma de fracaso, de ir a la deriva o de irrelevancia. Es síntoma de oportunidad, vida e importancia”, reconoció el alto funcionario.
Tradicionalmente, el responsable del BM es nominado por Estados Unidos desde los acuerdos de Bretton Woods de 1944 que dieron forma a las entidades financieras mundiales.
Bajo un pacto no escrito cada vez más controversial, históricamente mientras un estadounidense dirige al BM, la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI), el otro gran organismo financiero multilateral, siempre es asignada a un europeo.