Esta vez Donald Trump no bailó ni le dedicó apodos ofensivos a sus rivales. El expresidente estadounidense eligió un tono más moderado de lo habitual para anunciar lo que todos los asistentes a su discurso esperaban: su candidatura para la Casa Blanca en 2024.
El lugar elegido para el evento en su residencia floridana de Mar-a-Lago, un amplio salón de baile iluminado por lámparas de araña, difirió bastante de los escenarios de sus mítines más multitudinarios. Los asistentes estaban sentados en sillas doradas y apenas había gorras rojas. Todo era más sobrio y elegante.
Pero el público, compuesto en su mayoría por familiares, ayudantes, asesores del exmandatario y miembros del club de Mar-a-Lago, mostró en todo momento su entusiasmo con las palabras del multimillonario republicano.
Aplausos, vivas, gritos de “USA, USA” o “Trump, Trump, Trump” interrumpieron varias veces el discurso del expresidente. Y cuando éste al fin anunció lo que todos esperaban, su candidatura para 2024, la sala rugió de alegría.
El exinquilino de la Casa Blanca hizo un balance de su paso por la presidencia, una época en la que, según él, Estados Unidos “estaba en la cúspide del poder, la prosperidad y el prestigio, sobresaliendo por encima de todos los rivales”.
Y lo comparó con el estado actual del país, que describió como “una nación fracasada” que atraviesa “un momento de dolor, dificultades, ansiedad y desesperación” bajo la presidencia del demócrata Joe Biden.
– Un hombre providencial –
Trump acababa de vivir una semana complicada, en la que varias voces republicanas cuestionaron su influencia en el partido, tras unos resultados menos positivos de lo esperado en las elecciones de mitad de mandato del 8 de noviembre.
Pero en Mar-a-Lago, pudo disfrutar del calor de sus seguidores. Ya durante la tarde, decenas de personas se habían acercado hasta la residencia del magnate para mostrarle su apoyo y estar cerca de él cuando anunciara su candidatura.
“Estoy muy emocionada. Casi me siento como si fuera la mañana de Navidad y Papá Noel estuviera de camino”, dijo Stacey Bovasso, de 54 años. “Donald Trump es nuestro presidente y necesitamos que vuelva”, añadió.
Al igual que esta empleada de una empresa tecnológica, muchos de esos fieles habían tomado el día o la tarde libre para estar aquí.
En el puente que da acceso a la residencia del expresidente, un grupo estuvo horas agitando banderas con lemas como “Trump 2024, Recuperemos Estados Unidos” o “El comunismo apesta”, mientras un altavoz escupía canciones habituales en los mítines del republicano como “Born in the USA”.
Para esos seguidores de Trump, Estados Unidos está en peligro y él es único que puede salvarlo.
“Esta nueva administración está destruyendo Estados Unidos”, dijo Eric Pardi, un pintor de obras de 54 años. “Está destruyendo nuestra independencia, nuestra frontera, nuestra economía y nuestras fuerzas de seguridad”, añade.
Stephanie Liu, una ciudadana estadounidense nacida en China, llevó aún más lejos su entusiasmo por el magnate. “Es un elegido de Dios para luchar por nuestro país. Su patriotismo nos inspira a apoyarlo”, afirmó esta trabajadora social de 50 años que viajó a Florida desde Nueva York.
Como para llevarle la contraria, una avioneta publicitaria sobrevoló Mar-a-Lago con una pancarta que rezaba “Perdiste otra vez Donald. DeSantis 2024”.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, al que muchos ven como el mayor rival de Trump en su camino hacia la Casa Blanca tiene muchos seguidores en su estado natal.
“Amo a Ron DeSantis”, dijo Karen Reinhart, una empresaria de 60 años. “Pero tiene que seguir siendo nuestro gobernador. Y luego, cuando Trump haya cumplido su mandato, entonces será su turno”.
En un guiño a sus numerosos seguidores, el expresidente anunció: “Esta no va a ser mi campaña, va a ser nuestra campaña”.