El problema de las cámaras del 911 sigue latente, los facinerosos siguen de “fiesta” y ellos “chocos” ante lo que sucede en las calles.
Unas tres mil cámaras siguen apagadas y ya tienen más de un año de estar así, al no llegar a un arreglo el gobierno con la empresa que provee el servicio.
El contrato de compra de estas cámaras de vigilancia le costó más de 100 millones de dólares al Estado de Honduras.
El proceso de renovación de contrato está estancado, ya que el actual Gobierno, argumenta que se hicieron en el pasado de forma irregular.
El Congreso Nacional, en julio pasado, aprobó una extesión del contrato hasta el 31 de diciembre del 2028 y la vigencia para la continuidad del servicio que presta la Sociedad Dinamyc Corporation, S.A. de C.V. bajo la modalidad de adquisición directa, pero el actual gobierno no renovó el contrato para que la empresa pudiera brindar el servicio.
Por su parte, el director de la Policía Nacional, comisionado general Gustavo Sánchez, aseguró que “no es problema de la Policía”.
El jefe policial soslayó el problema de la falta de operatividad de más de 3,000 cámaras a nivel nacional.
“Más allá de las cámaras, el 911 es un sistema, donde está involucrada la Policía Nacional, Policía Militar, Cruz Roja, Cuerpo de Bomberos y algunas otras organizaciones de paramédicos, es un sistema más allá de un número telefónico”, expresó.
Añadió que “yo creo que se están debatiendo a los niveles pertinentes su operatividad y de quién van a depender, pero en estos momentos el debate y la problemática tiene que ver mucho con los contratos que se encontraron ya establecidos en esta institución”.
El 911 está operando en las instalaciones del circuito de la Policía Nacional en Mateo, sin embargo, desde su creación fue operado con presupuesto desconcentrado y ahora, la propia Policía no se hace cargo del sistema.