Las cosas se han puesto peludas para más de dos mil empleados cesanteados en la Secretaría de Infraestructura Pública (INSEP) ahora SIT.
A parte que los despidieron sin prestaciones, ahora les quieren cobrar hasta el “aire que respiraron”, según se quejan los afectados, casi todos de filiación nacionalista y otro buen grupo de liberales que ingresó al servicio civil desde 1982, cuando ese ministerio se llamaba Secretaría de Obras Públicas y Transporte (SECOPT).
“Mire, es una ingratitud lo que hacen con nosotros, nos despidieron, no nos han pagado nuestros derechos y hasta nos quiere cobrar el aire que respirábamos”, le dice a un reportero, una señora que laboró por diez años.
“No le voy a dar el nombre por seguridad, porque aún no me dan mi finiquito.
Esto también es injusto, porque sin ese finiquito no tenemos derecho a reclamar las prestaciones”, agrega.
Está sentada junto a otros compañeros esperando el documento a pesar que fue despedida en marzo.
El periodista intenta ingresar a la oficina donde se tramita este papel, pero le tiran la puerta casi en la cara.
“No está el jefe”, le responde un hombre de la mala gana. Sigue caminando por los pasillos, acompañado de un dirigente del otrora beligerante sindicado (Sintrasecop y Sintrainsep), que prácticamente ha sido desmantelado por los despidos, mostrando todos los departamentos vacíos, literalmente.
“Hay compañeros que se han enfermado, porque les están cobrando bienes sin ninguna de justificación. A uno de ellos ya le dijeron que tiene que pagar un tractor, a pesar que no tiene nada que ver con esa maquinaria”, explica el dirigente sindical, identificado solo como “Chevo”.
“Es una persecución terrible, solo ha quedado casi un 5 por ciento del personal y los están reemplazando por gente de Libre (el partido de gobierno)”, agrega.
JUNTA LIQUIDADORA
Todo comenzó, según relata este directivo, que también fue cesanteado a pesar de estar protegido por el fuero sindical, cuando el ministro del ramo, Mauricio Ramos, nombró una comisión liquidadora, partiendo de un decreto presidencial que ordena la reestructuración de 17 instituciones de estado tanto del gobierno central como descentralizadas, entre ellas INSEPT, una de las que más burocracia concentraba.
De este modo, departamentos completos han sido cerrados, literalmente, como Personal, Gerencia de Maquinaria, Mantenimiento, Bienes Nacionales, Planta Asfálticas, donde se fabricaba el pavimento para las carreteras, Unidad de Proyectos, La Clínica, y la Biblioteca, que guarda la memora histórica de este ministerio.
“Aquí asustan, es un desierto, es una realidad, hasta la caseta de comida cerraron”, subraya el sindicalista”. “Calcula que alrededor de 15 mil empleados públicos han ido a parar a la calle y se espera la cancelación otra cantidad similar antes que termine este año.