Ya no hay “garra catracha”

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SAN PEDRO SULA. –  De nuevo la selección de Honduras volvió a mostrar ese desamor a la camisola. Ya no hay “garra catracha”, ese coraje con el que el once hondureño enfrentaba a sus rivales.

Nada de una selección de que por años ensució la camisola en el verde pasto, dejando los pellejos, perdiendo, pero con honor. Ahora se pierde, pero se mira que ya no quieren ser jugadores de la selección, sólo se quieren ganar el dinero e irse a sus clubes para seguir devengando sueldos, que jamás creyeron ganar.

También a ello, sumado que, de la mano del argentino Diego Vásquez, caminamos a los fracasos, como en el camino a Catar, que fue la participación más desastrosa que ha tenido Honduras en su historia.

Todo quedó evidenciado ante Curazao, pues llegaron al marco rival, pero la pelota la mandaban a las graderías, como diciendo: “saquen a la “Barbie” como director técnico de la selección.

El primer gol cayó a los 34 minutos, a través de Leandro Bacuna, quien soltó una línea inalcanzable para el portero, pues los defensas sólo se le quedaron viendo.

En el segundo tiempo, la llegada sorpresa de Curazao los volvió a pillar, de que tenemos una defensa de chocolate, cuando Anthony Hurk, a los 83, recibe un centro del área y convirtió el 2-0 ante los anonadados hondureños.

Colérica la afición en el estadio Olímpico, gritaron el “olé” a los jugadores visitantes, pues estaban haciendo mejores las cosas.

Ya cuando el partido espiraba, llegó Romell Quioto, para hacer el descuento. El 1-2, con el que concluyó el partido.

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