Los Oklahoma City Thunder firmaron una de las actuaciones más demoledoras de la temporada al aplastar 138-89 a los Phoenix Suns, asegurando por segundo año consecutivo su clasificación a las semifinales de la Copa NBA, donde enfrentarán al ganador entre Los Angeles Lakers y San Antonio Spurs.
La victoria no solo significó un golpe de autoridad en la competición, sino que también permitió a los vigentes campeones igualar un registro histórico: 24 triunfos en sus primeros 25 partidos, marca que únicamente habían logrado los Golden State Warriors de Stephen Curry en la temporada 2015-2016, cuando completaron la mejor fase regular de la historia con 73-9.
El Thunder dominó desde el primer cuarto con un ritmo ofensivo imparable y una defensa que anuló por completo a Phoenix. Al descanso ya ganaban 76-48, y en el tercer periodo ampliaron la diferencia hasta los 38 puntos, antes de cerrar el partido con una ventaja final de 49 puntos, la mayor paliza registrada en la Copa NBA esta temporada.
Shai Gilgeous-Alexander volvió a liderar al equipo con 28 puntos en apenas 27 minutos, acompañado por un inspirado Chet Holmgren, quien brilló en ambos costados de la cancha. Oklahoma City también mantuvo su invicto como local en el Paycom Center, donde no han perdido en toda la campaña.
En contraste, los Suns vivieron una noche para el olvido. Sin capacidad de respuesta defensiva y con una ofensiva errática, Phoenix sufrió su derrota más dura del año. Dillon Brooks, con 16 puntos, fue el único jugador que mostró resistencia en un equipo que nunca encontró ritmo.
Con este triunfo, los Thunder no solo avanzan a Las Vegas para disputar las semifinales, sino que envían un mensaje claro al resto de la liga: están listos para defender su corona y seguir escribiendo historia.