El exfutbolista Robinho fue detenido por la policía brasileña para pagar en el país una condena de nueve años de prisión por violación colectiva emitida en Italia en 2017.
“El preso pasará por examen en el IML (Instituto Médico Legal), por audiencia de custodia y será enviado al sistema penitenciario”, indicó la policía federal (PF) de la ciudad de Santos, cercana a Sao Paulo, en una nota enviada.
El exdelantero, de 40 años, será trasladado a la cárcel de Tremembé, a unos 150 km de la capital de Sao Paulo (sureste), dijo un miembro de la PF a periodistas que aguardaban a las afueras de la sede policial.
Robinho fue llevado por agentes a la base de la autoridad en esa urbe portuaria, según medios locales, minutos después de que la corte suprema de Brasil le negara un recurso interpuesto por su defensa.
Sus abogados recurrieron el miércoles al Supremo Tribunal Federal (STF) con la esperanza de que suspendiera la orden de encarcelamiento hasta que se agotaran las posibilidades de apelación.
Pero el magistrado Luiz Fux lo desestimó y ordenó que empezara a “cumplir su condena”, como lo dictó el miércoles el Superior Tribunal de Justicia (STJ) en respuesta a un pedido italiano para que se homologara la pena en Brasil por hechos ocurridos en 2013.
El defensor principal del exjugador, José Eduardo Alckmin, dijo a medios locales que interpondrá un recurso contra la resolución de Fux, con la esperanza de que sea analizado por el plenario de la corte.
El exatacante de la ‘Seleção’ y del Real Madrid fue condenado en Italia en 2017 por violar en grupo a una joven albanesa que celebraba su cumpleaños 23 en una discoteca de Milán, cuando era jugador del AC Milán. La sentencia fue ratificada en 2022.
Robinho defiende su inocencia y alega que la relación con la joven fue consensuada.
– DETENCIÓN SILENCIOSA –
Como Brasil prohíbe en su Constitución extraditar a sus ciudadanos, la justicia de Italia pidió el año pasado la ejecución de la pena con base en una ley brasileña que lo permite desde 2017.
El STJ examinó el pedido de homologación, que aprobó por amplia mayoría, sin entrar en el fondo del asunto ni juzgarlo de nuevo. Y ordenó que fuera detenido de “inmediato”.
Periodistas esperaron desde tempranas horas del jueves a las afueras de la residencia secundaria de Robinho en el lujoso condominio Jardim Acapulco en Guarujá, cerca de Santos.
Finalmente, el exfutbolista fue detenido en la ciudad portuaria, informó la Policía Federal a la AFP, sin que transcendieran imágenes de la detención.
Apenas se conoció un corto video, publicado por el canal Globo, en el que se observa al exatacante del Manchester City dentro de la sede policial, de espalda y usando una camiseta de color claro.
– “BOFETADA” A LAS MUJERES –
La decisión judicial contra Robinho coincide con el caso de otro futbolista brasileño, Daniel Alves, condenado en febrero a cuatro años y medio de cárcel por violar a una joven en una discoteca en 2022 en Barcelona.
Un tribunal español autorizó el miércoles que el lateral salga de la cárcel si paga una fianza de 1 millón de euros (casi 1,1 millones de dólares), mientras se resuelven los recursos contra su sentencia.
La determinación de la corte fue fustigada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
“El dinero que tiene Daniel Alves, el dinero que alguien podría prestarle, no puede redimir la ofensa de un hombre hacia una mujer que él violó”, dijo el mandatario.
Robinho, por su parte, no podrá pagar por su libertad debido a que Brasil “no admite fianza” para el delito que cometió, explicó a la AFP el abogado penalista Leonardo Pantaleão.
Lula había pedido también la semana pasada la encarcelación del exatacante, al considerar que debía “pagar el precio de su irresponsabilidad” por un crimen “imperdonable”.
La presidenta del Palmeiras, Leila Pereira, cuestionó este jueves el silencio del mundo del fútbol frente a ambos casos.
Pereira, una de las poquísimas mujeres al mando de un club de primera división en el mundo, está en Londres como jefa de la delegación de la selección brasileña que disputará el sábado un amistoso contra Inglaterra en Wembley.
“Nadie dice nada (…) Esto es una bofetada en la cara para todas nosotras”, dijo al portal UOL.