El próximo miércoles en el Mundial de Clubes, la semifinal entre el Real Madrid y el Paris Saint-Germain (PSG) tendrá múltiples aristas: una salida turbulenta, batallas legales y el sueño de un boleto a la final.
El ganador enfrentará en la final del domingo al Chelsea, que derrotó 2-0 al Fluminense en los cuartos de final, consolidándose como uno de los partidos más esperados del torneo.
El duelo en el MetLife Stadium de East Rutherford, en Nueva York, será especial por el reencuentro de Kylian Mbappé con la camiseta del PSG, equipo en el que militó por siete temporadas y con el que es máximo goleador histórico, con 256 goles en 308 partidos.
La partida del francés al Real Madrid en junio de 2024, sin que su anterior club reciba contraprestación económica, marca un capítulo polémico.
La tensión entre ambos clubes ha escalado incluso a una disputa legal, en la que Mbappé reclama 64,4 millones de dólares en salarios pendientes, aunque posteriormente retiró una denuncia por acoso moral contra antiguos compañeros.

Además, su participación en el encuentro dependerá de su estado físico tras una gastroenteritis que lo mantuvo marginado en la fase de grupos.
Pese a ello, Mbappé mostró su talento en las fases anteriores, especialmente con un espectacular gol de media chilena en los cuartos de final ante Borussia Dortmund. El partido, sin embargo, tendrá otros focos, como la presencia del joven Gonzalo García, figura emergente del Madrid, que ha sabido suplir la ausencia de otros jugadores en ataque.
Por el lado de los blancos, Xabi Alonso, debutante en este torneo como DT, deberá reconfigurar la defensa debido a lesiones y expulsiones recientes, incluyendo la de Willian Pacho. La defensa, que ya sufrió la expulsión del central Dean Huijsen frente a los alemanes, deberá ajustarse a la batalla contra un PSG que llega con el talento renovado de estrellas como Ousmane Dembélé, que también busca revancha tras una lesión.
Este encuentro promueve un duelo de alto voltaje, con el protagonismo en el escenario mundial de figuras, polémicas y el deseo de levantar el trofeo en un torneo que promete ser inolvidable.