Tras una temporada sin títulos, el Real Madrid viajó a Estados Unidos con el objetivo de conquistar la primera edición del renovado Mundial de Clubes bajo el mando de Xabi Alonso.
A pesar de dudas iniciales en su rendimiento, el conjunto blanco cerró la fase de grupos con su actuación más sólida: una victoria 3-0 sobre el Red Bull Salzburgo que le aseguró el liderato del Grupo H y su pase a octavos, donde enfrentará a la Juventus.
Las incorporaciones de Dean Huijsen y Trent Alexander-Arnold, junto al cambio en la dirección técnica, marcaron el inicio de una nueva etapa. No obstante, el torneo dejó señales preocupantes: Rodrygo y Vinícius Jr. mostraron bajo rendimiento, Bellingham arrastró molestias físicas y Mbappé quedó marginado por problemas de salud.
Alexander-Arnold no ha logrado consolidarse, repitiendo deficiencias defensivas que ya se veían en Liverpool.
Uno de los cambios más significativos será la inminente salida de Luka Modric, que tras 13 años en el club buscará nuevos horizontes, posiblemente en el AC Milan.
Su adiós se suma al retiro de Kroos en 2024, obligando a replantear el mediocampo. El joven argentino Franco Mastantuono podría ser parte de esa renovación.
En defensa, Huijsen ha sorprendido con solidez y personalidad, mientras que el canterano Gonzalo García comienza a perfilarse como opción ofensiva, especialmente tras el bajo impacto de Rodrygo.
Jude Bellingham, clave en la plantilla, podría pasar por el quirófano para solucionar sus dolencias de hombro, en busca de su mejor forma.
Mientras tanto, persisten rumores sobre posibles salidas, incluida la del propio Rodrygo, quien podría ser traspasado para facilitar nuevos fichajes.
El torneo representa una evaluación clave para la dirección deportiva y para Xabi Alonso, que deberá afinar el esquema táctico y recuperar el nivel competitivo del equipo.
El Madrid ha aprobado con lo justo en la fase de grupos, pero para aspirar al título necesitará evolucionar hacia un rendimiento sobresaliente, a la altura de su historia.