El legendario luchador Hulk Hogan, cuyo verdadero nombre era Terry Bollea, falleció a los 71 años en su residencia de Florida tras sufrir un paro cardíaco, según confirmó su representante Chris Volo a NBC News. TMZ también reportó la emergencia, citando fuentes que mencionaron una llamada por paro cardíaco.
Conocido por su físico imponente, su pañuelo en la cabeza y su característico bigote rubio, Hogan se convirtió en una figura emblemática de la lucha libre profesional. Debutó en 1979 en la WWF (hoy WWE) y alcanzó la fama mundial en los años 80, protagonizando memorables combates junto a leyendas como André the Giant y “Rowdy” Roddy Piper.

Su personaje de héroe estadounidense y su carisma transformaron la lucha libre en un espectáculo familiar de masas, impulsando a la WWE como una potencia del entretenimiento. La “Hulkamania” trascendió el ring, llegando a la televisión y el cine con apariciones en “Rocky III”, “No Holds Barred” y la serie “Baywatch”.
En 2005 fue incluido en el Salón de la Fama de la WWE, que lamentó su fallecimiento destacando su papel clave en la expansión global de la empresa. “Una de las figuras más reconocidas de la cultura pop”, expresó la organización en redes sociales.
Sin embargo, su carrera también estuvo marcada por controversias. En 2015 fue despedido de la WWE tras la filtración de comentarios racistas, aunque años después fue reincorporado tras disculparse públicamente.

En sus últimos años, Hogan se mostró como un ferviente simpatizante del expresidente Donald Trump, participando activamente en eventos políticos.
Su legado como pionero del deporte-espectáculo y símbolo cultural permanece intacto, dejando una huella imborrable en generaciones de fanáticos. La lucha libre y el entretenimiento mundial despiden a uno de sus íconos más influyentes.