Londres, Londres y Londres. Cuando se trata de comparar, los organizadores de los Juegos Olímpicos de París-2024 no pueden evitar dirigir su mirada al vecino británico y a su exitosa cita de 2012.
¿Que la gente se queja de que las entradas para 2024 son muy caras? “No son más caras que en Londres”, se defiende e insiste Tony Estanguet, responsable del Comité de Organización, para zafarse de una polémica que su evento arrastra desde hace meses por las quejas de aficionados.
Para el propio Estanguet, Londres-2012 es una cita imprescindible ya que allí consiguió su tercera y última medalla de oro en canotaje, después de fallar en Pekín-2008.
Londres-2012 pasó a la historia como una edición exitosa y París-2024 es el regreso de los Juegos Olímpicos de verano a Europa, después de las citas de Rio-2016 y Tokio-2020 (celebrada en 2021 por la pandemia del covid-19).
Usar de referencia los Juegos en la capital japonesa no tiene mucho sentido por las circunstancias tan singulares que acompañaron al evento y que hicieron dispararse el presupuesto. Tampoco los Juegos brasileños son muy citados por los organizadores, que tienen “Londres-2012” a la mínima en los labios.
¿Qué ocurre cuando se dice a los organizadores que la cuestión de los patrocinadores, que cubre la tercera parte del presupuesto, todavía está por solventar? Pues que los dirigentes del Comité de Organización subrayan que están “adelantados respecto a lo que estaba Londres en este momento”, apoyándose para esa afirmación en porcentajes y cifras.
¿Que el presupuesto total del Comité de Organización aumenta para finales de 2023 en un 10%? La ministra francesa de Deportes y Juegos Olímpicos, Amelie Oudea-Castera, es la que utiliza la carta de Inglaterra para devolver la pelota: “Sin la inflación, Londres estaba en un +16% de alza de los costes”, responde.
– ¿También con el Ejército? –
El deporte francés también quiere mirarse en el espejo de 2012, ya que entonces Gran Bretaña protagonizó unos Juegos espectaculares, quedando tercera en el medallero.
El modelo inglés ha sido imitado por los responsables franceses, que han centrado esfuerzos en los deportistas más prometedores.
Otro éxito organizativo en 2012 fueron los Juegos Paralímpicos, que para muchos marcaron un antes y un después, con un número de espectadores más elevado y una mediatización que entró en una nueva dimensión. París se ha propuesto, por lo menos, hacerlo tan bien como lo hizo Londres.
En lo que París confía en no emular a Londres es en uno de los principales problemas de última hora que tuvo la capital del Reino Unido: las empresas de seguridad privada no pudieron responder y se tuvo que recurrir al Ejército británico como solución de emergencia.
Teniendo en cuenta la situación del sector de la seguridad privada en Francia, en grandes dificultades desde la pandemia, los organizadores llevan meses alertando al respecto y el Estado francés multiplica las iniciativas: formación, movilización de la red Pôle Emploi (búsqueda de empleo), labor de comunicación entre estudiantes…
Los expertos señalan, sin embargo, que llamar al Ejército francés parece inevitable, pero para los organizadores lo importante es hacerlo de forma planificada y con un plan diseñado, y no a la desesperada en el último momento como en Londres-2012.