La selección de Italia volvió a vivir una pesadilla futbolística tras caer 1-4 frente a Noruega en el estadio Giuseppe Meazza de Milán, resultado que la condena a disputar su tercera repesca consecutiva rumbo al Mundial 2026.
El contraste fue evidente: mientras los ‘azzurri’ se hundieron en la frustración, los noruegos celebraron su regreso a una Copa del Mundo después de 28 años de ausencia, liderados por su estrella Erling Haaland, autor de un doblete en apenas dos minutos.
Italia comenzó con ilusión gracias al gol tempranero de Francesco Pio Esposito al minuto 10, pero la esperanza se desvaneció en la segunda mitad. Noruega remontó con tantos de Antonio Nusa (62’), Haaland (77’ y 78’) y Jorgen Strand Larsen (92’), sellando una victoria histórica.

El equipo dirigido por Luciano Spalletti necesitaba un triunfo abultado para evitar el repechaje, pero terminó mostrando las mismas carencias que lo dejaron fuera de Rusia 2018 y Qatar 2022. En ambas ocasiones, Italia fue eliminada por Suecia y Macedonia del Norte, respectivamente, quedando fuera de la máxima cita futbolística pese a ser tetracampeona del mundo.
Noruega, por su parte, celebró con euforia su clasificación directa. El conjunto nórdico disputará su cuarta Copa del Mundo y lo hará con un ataque temible: Haaland, máximo goleador de las eliminatorias europeas con 16 tantos, y un equipo que cerró invicto el grupo con 36 goles anotados.
Para Italia, el panorama es sombrío. La repesca será su última oportunidad de asegurar un boleto al Mundial de Canadá, México y Estados Unidos 2026. Sin embargo, la presión es enorme: una nueva eliminación sería considerada una catástrofe deportiva para una nación que conquistó su último título mundial en Alemania 2006.
La derrota ante Noruega no solo prolonga la crisis futbolística italiana, sino que también abre un debate sobre el futuro de su proyecto deportivo y la capacidad de recuperar el prestigio perdido en el escenario internacional.