Lo que la afición esperaba no se vio. Honduras vuelve a demostrar que sigue con la pólvora mojada, con unos delanteros ciegos, que no miran el marco y en el que la envidia entre compañeros los correo poco a poco.
Fue un triunfo de 2-0 sobre Antigua & Barbuda, pero se vio a un equipo displicente, en el que sobresalió que no existe el compañerismo, sólo el afán de triunfar en el plano personal.
Le falta mucho trabajo a Reinaldo Rueda, para lograr un cuadro de lujo, con técnica, manejo del balón y muy seguro a la hora de estar frente al marco.
Los aficionados iban por una goleada, pero se encontraron un cuadro soso y muy errático con su puntería
El inspirado portero isleño, Shahoi Dorsett, se las adivinó casi todas a los hondureños, impidiendo una goleada, por lo que en el primer tiempo se fueron tablas.
Seguidamente Luis Palma probó primero con un remate de cabeza y luego con un disparo que contuvo el arquero.
Los nacionales intentaron también de larga distancias con misiles de Andy Najar, Kervin Arriaga y Alex López, sin poder vencer la muralla de Dorsett.
A los 37 minutos nuevamente el poste le ahogó el grito de gol de los hondureños, tras un remate de cabeza de Anthony Lozano.
En el segundo tiempo la muralla de los caribeños cedió, un cabezazo del zaguero Getsel Montes puso el merecido 1-0 al minuto 46.
Honduras tuvo para ampliar rápidamente el marcador, mediante lanzamiento de penal tras una mano dentro del área del defensa Raheem Deeterville. Anthony Lozano hizo la falta y el disparo fue detenido por el portero Dorsett.
El 2-0 que puso la lápida al juego llegó a los 79 minutos tras un remate fuerte y a ras de pastó que no pudo contener el meta de Antigua.
Se pasa a la siguiente fase, pero sin ilusiones de una selección de ensueño. Más parecen un grupo de amigos que van a divertirse al estadio.