BARCELONA. — En una sentencia que marca un precedente judicial contra el racismo en los estadios, la Audiencia Provincial de Barcelona condenó este miércoles a un aficionado del RCD Espanyol a un año de prisión y tres años de prohibición para asistir a partidos de fútbol, tras reconocer haber dirigido insultos racistas al delantero del Athletic Club, Iñaki Williams, durante un encuentro de Liga celebrado el 25 de enero de 2020 en el estadio de Cornellà-El Prat.
El acusado, identificado como K.G.B., admitió los hechos en una vista breve celebrada por videoconferencia, debido a su estado de salud. Según el escrito de la Fiscalía, el aficionado profirió gritos imitando sonidos de primates y realizó gestos ofensivos “con evidente desprecio al color negro de la piel del jugador”, justo cuando Williams era sustituido del terreno de juego.

Inicialmente, el Ministerio Público solicitaba dos años de prisión, cinco de prohibición de acceso a estadios y una multa de 5.400 euros. Sin embargo, tras el reconocimiento de culpabilidad y la ausencia de antecedentes penales, se alcanzó un acuerdo que redujo la pena a un año de cárcel, una multa de 1.086 euros y la inhabilitación para trabajar en el ámbito deportivo durante cuatro años.
LaLiga, que se personó como acusación particular, celebró la resolución como “un nuevo hito en la lucha contra el racismo en el fútbol español”. El caso fue impulsado por la Fiscalía de Barcelona como una querella pionera en delitos de odio en recintos deportivos.
Iñaki Williams, símbolo de inclusión y activismo contra la discriminación racial, se mostró “humillado e indignado” por lo ocurrido, en un estadio que albergaba más de 27.000 espectadores y una audiencia televisiva superior a los 200.000 telespectadores. La sentencia, dictada “in voce”, es firme y representa un paso decisivo hacia la erradicación del racismo en el deporte.