Sobreponiéndose a la lesión del estelar Jimmy Butler en la recta final, los Miami Heat vencieron este domingo 108-101 en la pista de los New York Knicks en el arranque de esta semifinal de la Conferencia Este de la NBA.
Butler, que terminó con 25 puntos y 11 rebotes, sufrió una fuerte torcedura del tobillo derecho a falta de cinco minutos pero se mantuvo en pista cojeando hasta que su equipo sentenció el primer triunfo de la eliminatoria.
Los Knicks, que tenían la baja por lesión de su figura Julius Randle, dominaron la primera mitad comandados por el escolta RJ Barrett (26 puntos) y el base Jalen Brunson (25) pero entregaron la victoria con un colapso en ataque en la recta final.
El veterano base de los Heat Kyle Lowry, que firmó 18 puntos y 6 asistencias saliendo desde el banquillo, se hizo con el partido anotando canastas clave cuando Butler apenas podía desplazarse.
“Encontramos la manera de ganar (…) Yo no hice demasiado al final, salvo fallar un triple. Pero me quedo con la victoria”, declaró Butler, el héroe del sorprendente triunfo de Miami en la pasada serie ante Milwaukee Bucks con 37 puntos de media.
Sobre su lesión, el escolta se limitó a decir que se siente como si se hubiera “torcido el tobillo”.
“Hemos estado jugando un gran basquet, estamos unidos tanto en casa como fuera, en lo bueno y en lo malo”, recalcó. “Creemos que podemos hacer algo especial. Vamos a seguir jugando así y a ver dónde acabamos”.
El emblemático Madison Square Garden lució el domingo sus mejores galas para las primeras semifinales de conferencia que disputa su equipo desde 2013.
A la cita no faltaron las principales figuras de los recordados duelos entre Knicks y Heat en la década de 1990, como Patrick Ewing o Alonzo Morning, además de Pat Riley, exentrenador de ambas franquicias.
– Colapso final –
Los Knicks saltaron a la cancha listos para aplicar el inagotable manual defensivo del técnico Tom Thibodeau, que les guió en un contundente triunfo en primera ronda ante los más talentosos Cleveland Cavaliers.
Aparte de un arranque inspirado de Gabe Vincent, los Heat se vieron pronto atrapados en las redes defensivas de los Knicks y, superados 22-4 en la pintura en el primer cuarto, decidieron apostar por el lanzamiento exterior.
A los tiradores de Miami les costaba entrar en calor y Josh Hart lograba contener a Jimmy Butler, lo que facilitó que los Knicks navegaran con comodidad por la primera mitad alcanzando una máxima ventaja de 12 puntos.
La tendencia dio un vuelco tras el descanso. Erik Spoelstra realizó ajustes de marcaje en su pintura y los Knicks se vieron a expensas de su también errático tiro exterior, con apenas 3 triples convertidos de 20 intentos a mediados del tercer cuarto.
Butler comenzó a encontrar maneras de deshacerse del marcaje de Hart y el veterano Kevin Love asombró a la grada lanzando varios contraataques con largos y precisos pases desde debajo del aro ante la mirada de aprobación del legendario ‘quarterback’ Aaron Rodgers, recién mudado a Nueva York para liderar a los Jets.
Con los Heat en cabeza 95-92, Butler se dobló completamente el tobillo derecho en una entrada a canasta en la que fue involuntariamente golpeado por Hart y pasó varios minutos en el suelo entre grandes gestos de dolor.
Con el banquillo de Miami sumido en la preocupación, el escolta se negó a abandonar la pista, convirtió los dos tiros libres y siguió jugando pese a su visible cojera.
Los Knicks no supieron explotar esta situación y, lastrados por varias malas decisiones de Barrett, apenas anotaron dos puntos en los últimos cinco minutos para frustración de sus aficionados.
El segundo partido de la serie se disputará el martes de nuevo en Nueva York.
La jornada del domingo concluye con el duelo decisivo entre los Sacramento Kings y los Golden State Warriors, la última serie de primera ronda aún en juego.
Los Warriors de Stephen Curry, vigentes campeones de la NBA, se jugaban el boleto a todo o nada en la cancha de los Kings después de haber desperdiciado el viernes la oportunidad de clasificar ante su público.