Boca Juniors empató 1-1 con Racing en un choque intenso y disputado en la Bombonera, correspondiente a la cuarta fecha del torneo Clausura. El conjunto azul y amarillo, inmerso en una crisis de rendimiento que ya se convirtió en la peor racha de su historia, sumó un nuevo empate que no le sirve para revertir una historia de resultados adversos: son ya doce encuentros consecutivos sin victorias, contando los últimos meses y torneos disputados.
La apertura del marcador llegó a los 75 minutos, cuando Santiago Solari adelantó a la Academia con un cabezazo preciso dentro del área.
Boca respondió con carácter y logró igualar a los 87 minutos, gracias a un remate de cabeza de Milton Giménez que se desvió en un defensa antes de vencer al arquero.
El gol del delantero refuerza la esperanza en un club que atraviesa una crisis de juego colectivo y de resultados, y que busca despertar en medio de un contexto de presión interna y externa.
En el desarrollo del partido, Racing mostró dominio en los primeros pasajes, moviendo la pelota con mayor fluidez y imponiendo un ritmo más dinámico que el local.
La estrategia del visitante privilegiaba la movilidad de su ataque, con el delantero Maravilla Martínez como principal referente, involucrándose en duelos duros frente a los centrales de Boca.
Sin embargo, Boca logró estabilizarse cuando Velasco tomó las riendas del juego y encontró en Blanco y Aguirre opciones para las transiciones y las llegadas, especialmente tras jugadas a balón detenido.
El partido consolida la situación de Boca, que ha sido eliminado de cuatro de los cinco torneos disputados a lo largo de esta temporada y que, con apenas una victoria en los últimos cuatro meses (la goleada 2-0 sobre Estudiantes el 19 de abril, por el torneo Apertura), continúa sin poder afianzarse bajo la dirección técnica de Miguel Russo, quien ha visto a su equipo sumar puntos con cuentagotas en los últimos encuentros.
Con este resultado, Racing afirma su condición de favorito en encuentros fuera de casa y refuerza su autoridad ante un Boca que debe reconstruir confianza entre sus jugadores y su hinchada, que mostró su descontento con los tres meses sin triunfos.
A la conclusión de la jornada, ambos clubes quedaron en la mitad de la tabla, aún sin definir su rumbo definitivo para afrontar lo que resta del Clausura.
A la espera de las declaraciones oficiales de los cuerpos técnicos, el club azul y oro tendrá que analizar con urgencia las variantes tácticas y las respuestas emocionales del equipo para intentar romper la mala racha en los próximos compromisos.
Este encuentro dejó claro que, a pesar del esfuerzo y de algunos pasajes de buen fútbol, la consistencia y los resultados siguen siendo una asignatura pendiente para Boca Juniors.