Sin haber renunciado todavía a terminar su carrera en Estados Unidos, Antoine Griezmann se preocupa por ahora en levantar el espíritu del Atlético de Madrid en el Mundial de Clubes cuando se enfrenten el jueves, sin margen de error, al Seattle Sounders de la MLS.
La profunda herida causada por el Paris Saint-Germain, una goleada 4-0 en el debut mundialista el lunes en Pasadena, California, tardará en cicatrizar en el atacante galo y sus colchoneros.
Pero la laceración puede ser todavía más honda si no vencen en el Lumen Field (22H00 GMT) a un cuadro local, en el papel muy inferior, para mantenerse con vida en el Grupo B del renovado torneo de la FIFA.
El Principito, de 34 años, bien puede ejemplificar el flojo momento del Atlético de Diego Simeone: ensamblado casi cuatro meses sin anotar y la prensa española lo criticó duramente por su desempeño frente a los campeones de Europa.
Simeone lo apoya y el club de la capital española, adonde el delantero llegó por primera vez en 2014 y regresó en 2021 tras fracasar en el Barcelona (2019-2021), inclusive le renovó recientemente su contrato hasta 2027 en momentos en que su pase a la liga norteamericana parecía cantado.
– REVANCHA –

El campeón del mundo en 2018, sin embargo, no tiene intención de abandonar sus planes de recalar algún día en la MLS. Pero antes ha decidido continuar su aventura en el Atlético con la esperanza de ganar por fin un gran trofeo (Liga o Champions) que añadir a la Europa League que conquistó hace siete años.
La primera edición ampliada del Mundial de Clubes podría entrar en esa categoría y para el delantero francés, que pese a su sequía lleva 16 goles y 9 asistencias en la campaña 2024-25, tendría el condimento de conseguirse en una tierra que admira.
“Lo que me gusta de la cultura estadounidense es que no hay envidia. La gente es solidaria y siempre anima, y eso es lo que realmente me atrae”, explicó a beIn Sports antes del inicio del certamen.
Pero la humillación ante el PSG aterrizó el sueño americano de Griezmann, que ahora deberá ponerse lo más serio posible para evitar un papelón en la casa de los Seattle Sounders, antes de cerrar la primera ronda el lunes contra el Botafogo de Brasil, campeón de la Copa Libertadores de América.
Restaurar su reputación -y la de un equipo que ha fracasado esta temporada- es imperativo.