Así se gestó el fichaje de Ibrahimovic por el Barça

Comparte si te gusta

El fichaje de Zlatan Ibrahimovic por el FC Barcelona, oficializado en julio de 2009, se convirtió en una de las operaciones más impactantes —y polémicas— del mercado europeo.

El traspaso, valorado en 69,5 millones de euros incluyendo la salida de Samuel Eto’o al Inter, fue en su momento el segundo más caro del mundo, solo por detrás del de Cristiano Ronaldo al Real Madrid ese mismo verano.

El entonces director deportivo del Inter de Milán, Marco Branca, recordó recientemente cómo se gestó una negociación que calificó de “lenta, compleja y llena de matices”. Según explicó, el delantero sueco tenía un objetivo claro: jugar junto a Lionel Messi y conquistar la Champions League, un deseo que terminó activando toda la operación. “Zlatan quería ir al Barcelona, quería jugar sí o sí con Messi y ganar la Champions League, y por ese deseo se inició todo”, afirmó Branca.

La llegada de Ibrahimovic generó una enorme expectación. Más de 70.000 aficionados acudieron al Camp Nou para recibirlo, reflejo de la magnitud del fichaje y de la presión que recaía sobre él. Su inicio fue prometedor: goles, asistencias y una buena conexión inicial con Messi. El Barça, además, aspiraba a un año histórico tras el triplete de 2009, con la ambición de conquistar los seis títulos en disputa.

Sin embargo, la aventura culé del sueco se torció rápidamente. La relación con Pep Guardiola se deterioró, tal como el propio jugador relató años después, y su adaptación al estilo de juego terminó siendo problemática. Pese a ganar cuatro títulos en su única temporada, Ibrahimovic salió cedido al AC Milan en 2010, poniendo fin a un paso tan mediático como breve.

Hoy, más de una década después, el fichaje sigue siendo recordado como uno de los movimientos más llamativos —y debatidos— de la era Guardiola.