Miguel Cabrera, primer beisbolista venezolano en conectar 3.000 hits en las Grandes Ligas, aspira a conquistar un título con los Tigres de Detroit antes de su retiro y cree que sus marcas están al alcance de peloteros como Robinson Canó o José Altuve.
“Ganar un título en Detroit, es lo que me falta”, recalcó Cabrera este jueves en una videoconferencia de prensa en español. “Espero que pueda lograrlo en estos dos años que me quedan o sino como ‘coach’ o asistente”.
“Sé que mi carrera va a terminar en cualquier momento, pero quisiera seguir involucrado con los Tigres. Es un equipo que me ha dado mucho”, avanzó el bateador, de 39 años.
El venezolano llegó a los Tigres en 2008 procedente de los Marlins de Florida, equipo con el que alzó su único título de Serie Mundial en 2003, año de su aterrizaje en las Grandes Ligas.
En su carrera, el bateador de Maracay ha sido 11 veces All-Star y conquistado dos premios MVP (2012 y 2013) y una Triple Corona.
El sábado se convirtió en el 33º beisbolista, y séptimo latinoamericano, en alcanzar la marca de 3.000 hits de las Mayores, un club al que solo pertenece otro jugador en activo, el dominicano Albert Pujols (Cardenales).
Cabrera, sin embargo, cree que hay otros peloteros con talento suficiente para llegar a esta cifra, como sus compatriotas José Altuve (Astros) y Gleyber Torres (Yankees) o los dominicanos Robinsón Canó (Mets) y Juan Soto (Nacionales).
“No creo que yo vaya a ser el último. El béisbol ha evolucionado mucho. Si Robinson Canó puede jugar tres o cuatro años tiene chances de tirar 3.000 hits”, auguró.
“Si Altuve se mantiene sano también y muchos peloteros jóvenes que van a tener una trayectoria como Vladimir (Guerrero Jr.), Soto y Gleyber, si tiene la oportunidad de jugar todos los días en Nueva York. Con buena salud y años en Grandes Ligas ellos pueden llegar también a 3.000 hits”, subrayó. “Siempre habrá alguien que tenga números extraordinarios”.
Criado en un barrio humilde de Maracay (ciudad a 120 km de Caracas), el venezolano reconoció que de niño nunca pensó en alcanzar los 3.000 hits y 500 jonrones en la mejor liga del mundo.
“Sí soñaba en jugar en Grandes Ligas, en ganar una Serie Mundial, ganar el título de bateo. Soñaba muchas cosas, pero a esa corta edad nunca pensé en llegar a 500 jonrones y 3.000 hits”, admitió. “Lo de los 3.000 hits se fue dando a medida que iba jugando a nivel profesional y empecé a escuchar de récords. Ahí empezó mi sueño de que, si era constante, podía jugar bastantes años y llegar a estas cifras”.