El mercurio rondaba los 45°C a principios de septiembre en California, pero la red eléctrica resistió, sin grandes cortes de energía, a diferencia de 2020. Un logro atribuido en parte a la creciente instalación de baterías gigantes, capaces de almacenar la energía solar.
En un estado pionero en energías limpias, la energía solar y eólica almacenada en baterías, ayudo a que esta vez la red eléctrica de California pudiese enfrentar varios días a más de 40ºC sin cortar sustancialmente el suministro.
Por primera vez en casi dos décadas, en agosto de 2020 California debió racionar la electricidad cuando la canícula afectó a más de 800.000 hogares y empresas.
“Las baterías entraron a jugar un rol fundamental”, este año, explicó Weikko Wirta, director de operaciones de la compañía eléctrica AES Southland que se esta a cargo de una nueva planta de energía desde 2021 .
“En 2020, las baterías que estaban conectadas a la red fueron apenas perceptibles. Esta vez, todo ha cambiado (…) Es así como nuestro sistema eléctrico será en el futuro”, dijo Mike Ferry, director de investigación de energía de la Universidad de California, San Diego.
En las instalaciones en Long Beach, al sur de Los Ángeles, se alinean miles de baterías asemejando una granja de servidores informáticos.
La planta, una de las mayores del estado, produce unos 400 megavatios, suficiente para abastecer unas 250.000 casas durante cuatro horas.
Este refuerzo se probó indispensable para “llenar el vacío entre las 4 y 5 de la tarde y las 10 de la noche”, que es el horario de mayor demanda eléctrica debido, por ejemplo, al uso de aires acondicionados, dijo Wirta, en entrevista con AFP.
California tiene objetivos como la producción de energía 100% neutra en carbono para 2045 y durante los dos últimos años multiplicó por diez su capacidad de almacenamiento de energía en baterías, de acuerdo con las autoridades.
El 5 de septiembre, cuando la ola de calor alcanzó su punto más alto, las baterías de todo el estado produjeron 3.300 megavatios, de acuerdo con California ISO, regulador de la red eléctrica regional.
“Esto es más que la central nuclear Diablo Canyon, que es la central eléctrica más grande del estado y produce unos 2.200 megavatios”, señala Mike Ferry, investigador de la Universidad de San Diego.
– “Lidiar con la raíz del problema” –
California sigue dependiendo del gas natural como fuente energética y se ha visto obligado a importar electricidad de otros estados en previas olas de calor.
Para evitar el racionamiento del servicio este mes las autoridades instaron a los residentes a moderar el consumo durante el horario crítico (5 pm – 10 pm), manteniendo los aparatos de aires acondicionados por debajo de los 25,5º y no recargando los vehículos eléctricos.
Eric Fournier, director de investigación del Instituto de Ambiente y Sustentabilidad de la Universidad de California, Los Ángeles, ayudó a mantener el pie la red eléctrica.
El académico considera viable, por ejemplo, incentivar financieramente a los usuarios para reducir el consumo eléctrico.
Sin embargo, líderes del partido Republicano cuestionaron los llamados a la ciudadanía para la reducción del consumo, y ven en la vulnerabilidad de la red un argumento para cuestionar la transición hacia energías renovables.
“La amenaza de apagones continuos en California debería ser una advertencia sobre cómo la transición de energía verde por la fuerza por el gobierno está poniendo en peligro la confiabilidad de la red”, atacó en Twitter Kevin McCarthy, representante por California y líder republicano en la Cámara baja del Congreso en Washington.
Pero Eric Fournier, investigador de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), destaca esta tecnología capaz de almacenar energía limpia producida por energía solar y eólica.
“En lugar de criticar las energías renovables, deberíamos defender el valor del almacenamiento en baterías”, dice.
Dado que las olas de calor y los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más frecuentes con el calentamiento global, “abordar el origen del problema y dejar de emitir tantos gases de efecto invernadero a la atmósfera es la única forma racional”, aboga.