La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajó a Kiev para hablar del proyecto de integración de Ucrania en el bloque, en un momento en que las fuerzas ucranianas ganan terreno a los rusos.
Esta visita coincide con el encuentro de los presidentes ruso y chino, Vladimir Putin y Xi Jinping, al margen de una cumbre regional en Uzbekistán de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), presentada como una “alternativa” a Occidente.
“En Kiev, en mi tercera visita desde el inicio de la guerra de Rusia”, tuiteó la dirigente europea, en su primer desplazamiento a Ucrania desde que el país es candidato a formar parte de la Unión Europea (UE).
Durante su visita, hablará “sobre la forma de seguir acercando nuestras economías y nuestros pueblos, mientras Ucrania avanza hacia la adhesión” al bloque, agregó.
Los países europeos aprobaron en junio el estatus de candidato a la UE de Ucrania, que desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero ha intensificado sus esfuerzos para ser algún día parte del bloque y también de la OTAN.
En respuesta a esa invasión, los países occidentales adoptaron una batería de sanciones contra Rusia y han enviado abundante armamento a Kiev, un apoyo que ha ayudado a las fuerzas ucranianas a recuperar terreno en la contraofensiva de las últimas semanas.
La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, declaró el jueves que espera una decisión rápida sobre la posible entrega de carros de combate por parte de Berlín, frente a las reticencias de muestra el canciller Olaf Scholz.
Estas entregas, sobre todo de tanques Leopard 2, ayudarían “claramente” a “salvar vidas humanas”, dijo la ministra ecologista al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Ucrania pide igualmente apoyo financiero, ya que su economía se derrumbó a causa de la guerra y la situación energética se anuncia difícil en invierno.
El ministro de Finanzas, Serguii Marchenko, estimó en mayo que Kiev necesita 5.000 millones de dólares cada mes para cubrir su déficit presupuestario.
– “Combates activos” –
La víspera del desplazamiento de Von der Leyen, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, visitó la ciudad estratégica de Izium, arrebatada recientemente a las fuerzas rusas, en la región de Járkov (noreste), donde prometió la “victoria”.
En su discurso cotidiano, celebró que casi la “totalidad de la región de Járkov está liberada” con la reconquista de “400 localidades” a las tropas rusas, lo que significa el retorno “a una vida normal y segura” para “los 150.000 ucranianos que siguen en este territorio”.
Antes de ese discurso, el mandatario ucraniano sufrió un accidente de coche en Kiev cuando “un automóvil entró en colisión” con su vehículo, aunque no le provocó heridas graves, dijo un portavoz.
Esta contraofensiva ucraniana, iniciada a principios de septiembre, parece que tomó por sorpresa a las fuerzas de Moscú.
Como respuesta, Rusia bombardeó el miércoles por la noche infraestructuras hidráulicas, lo que provocó la crecida del río Inhulets en Kryvyï Rig, la ciudad natal de Zelenski.
El jefe adjunto de la administración presidencial, Kyrylo Timoshenko, precisó el jueves en Telegram que 112 casas quedaron anegadas en esta ciudad de unos 600.000 habitantes, sin causar víctimas.
En el frente del este, varias ciudades y pueblos, entre ellas Toretsk, Bajmut, Avdiivka y Chasov Yar, fueron bombardeadas con un balance de dos civiles muertos y 13 heridos en las últimas 24 horas, según un recuento de la presidencia.
En la región de Jersón (sur), donde las fuerzas ucranianas también están contraatacando pero se encuentran con una mayor resistencia que en Járkov, la situación es “extremadamente difícil” con “combates activos”, según la misma fuente.
Lejos de Ucrania, los presidentes de China, Xi Jinping, y de Rusia, Vladimir Putin, se reúnen el jueves en Uzbekistán para sellar de nuevo su alianza frente a los países occidentales.
Para Putin, la cumbre es una oportunidad de demostrar que Rusia no puede quedar aislada internacionalmente a pesar de la invasión de Ucrania.
China no ha respaldado abiertamente la guerra en Ucrania, pero ha desarrollado vínculos económicos y estratégicos con Rusia en estos meses de conflicto y Xi ha expresado su apoyo a la “soberanía y seguridad” del gigante euroasiático.