Un presupuesto base cero como el que implementará Honduras el próximo año, permite ajustar cada una de las estrategias del gobierno, es un cohesionador a largo plazo, evita aumentos automáticos y mejora la eficacia administrativa, expone el Fosdeh en la “alerta presupuestaria” de esta semana.
Pero señala entre lo negativo, lo costoso y complicado que resulta aplicarlo en instituciones deficitarias, es riesgoso cuando no hay certeza de con los ahorros, es difícil de ejecutar, requiere capacitación y marca un antes y un después.
Presupuesto Base Cero es una de las novedades del nuevo instrumento fiscal y consiste en un proceso de elaboración de asignación de fondos según la eficiencia y necesidades para alcanzar los objetivos de la administración del gobierno.
El proyecto de presupuesto aprobado en consejo de ministros supera los 392 mil, 500 millones de lempiras, un 8.8 por ciento superior al actual, pero menor a la inflación de dos dígitos que se espera a finales de año.
Este día está previsto que Finanzas entregue el documento al Congreso Nacional de la República donde los diputados deberán socializarlo y aprobarlo antes del 31 de diciembre de este año.
La mayoría de sectores dudan de este cambio y rechazan el incremento que ronda los 31 mil millones de lempiras en comparación al de este año que anda por los 360 mil, 500 millones de lempiras, luego de la reformulación que aplicó el gobierno entrante en abril.
El economista, Nelson Ávila, le da el beneplácito a esta nueva metodología, ya “que desde hace años planteé el presupuesto base cero, pero hay que aplicarlo tal como es”.
Ávila recordó en el gobierno del expresidente, Manuel Zelaya se implementó algo similar o presupuesto participativo donde las comunidades exponían sus necesidades en la fase de formulación.