El gobierno de Estados Unidos, a través de la embajadora, Laura Dogu, expresó su preocupación por la reforma energética, anunciada por el gobierno hondureño, al tiempo que externan su preocupación por el efecto que tendrá sobre la inversión extranjera y la independencia de la agencia reguladora.
Mediante un posteo en su cuenta de Twitter, la diplomática norteamericana expresó: “La reforma energética es crítica para el desarrollo económico. Estamos analizando la propuesta energética y como escrito nos preocupa el efecto que tendrá sobre la inversión extranjera y la independencia de la agencia reguladora”.
El gobierno hondureño anunció que renegociará los contratos de energía eléctrica con los generadores privados y en caso que no accedan a una reducción de tarifas por kilovatio, puede asumir el control de las plantas, tras el pago de un justiprecio de la misma, de acuerdo al proyecto de la nueva ley de Energía turnada al Congreso Nacional.
El gobierno considera la energía eléctrica como un bien público de seguridad nacional y un derecho humano, por lo que declarará emergencia del sector, de acuerdo a los primeros artículos del proyecto de ley. Los sectores que serán declarados en emergencia son la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE), el ente responsable de despacho, las actividades de generación, transmisión, distribución y comercialización de electricidad, la importación y generación de energía eléctrica.