El consumo de tabaco pasó de 28% en 2000 a 16,3% en 2020 en América y el 96% de la población está protegida por al menos una medida de lucha antitabaco pero los cigarrillos electrónicos son una amenaza, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Según el Informe sobre el control del tabaco para la Región de las Américas 2022 de la OPS, presentado este lunes en Brasil, el consumo de tabaco cayó a 16,3% en 20 años y se espera que sea de 14,9% para 2025, con lo cual la región cumpliría la meta de reducirlo en un 30% fijada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para esa fecha.
Chile es el país donde los adultos consumen más tabaco (29,2%), seguido de Argentina, Estados Unidos, Uruguay y Cuba. Panamá, el que menos (5,0%).
En términos generales, la proporción es de 21,3% de hombres y 11,3% de mujeres, “lo cual reafirma la necesidad de que en las Américas se fortalezca el aspecto de género” en las estrategias de control, deduce el informe.
Entre los jóvenes, Dominica registra el porcentaje de consumo más alto, seguido de Argentina, México, Haití y Guatemala. Los adolescentes de Canadá, Estados Unidos y Brasil son los que menos fuman.
Veintiséis de los 35 países de la región aplican al máximo al menos una de las seis medidas de control del tabaco recomendadas por la OMS desde 2008.
Esto significa que 900 millones de personas, o sea el “96% de la población de la región está protegido contra los daños del tabaco”, es decir un 50% más que en 2007, señala la OPS.
“El tabaco causa casi un millón de muertes anuales en la región y es el único producto de consumo legal que mata hasta a la mitad de los que lo consumen”, afirma no obstante Anselm Hennis, director del departamento de enfermedades no transmisibles y salud mental de la OPS, citado en un comunicado.
“Ante esta enorme amenaza, la respuesta debe ser igualmente agresiva”, añade.
Pero los progresos no han sido homogéneos y, según la OPS, “nueve países todavía no han adoptado ninguna medida” (Cuba, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Dominica, Granada, Haití y Belice).
Según el informe, en 2021 en la región, 24 países aplican medidas para proteger de la exposición al humo de tabaco ajeno, 22 destacan en grande los peligros de fumar en los paquetes de cigarrillos, diez disponen de sistemas de vigilancia con datos recientes, seis proporcionan ayuda integral para dejar de fumar y nueve prohíben totalmente la publicidad sobre esta sustancia.
Pero solo tres (Argentina, Brasil y Chile) aplican impuestos indirectos a los cigarrillos que representan el 75% o más de su precio de venta.
Sudamérica se convirtió en la primera subregión sin humo de tabaco en América, es decir donde se prohíbe fumar en lugares públicos y de trabajo cerrados y en el transporte público.
El consumo de tabaco es el principal factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas, la diabetes y el cáncer.
“Todas las formas de tabaco son perjudiciales y no existe un nivel seguro de exposición”, avisa la OPS.
El informe advierte que los nuevos productos, como los cigarrillos electrónicos, “están cada vez más disponibles y accesibles, lo que supone una amenaza para el control del tabaco”.
Además “la industria del tabaco emplea afirmaciones engañosas para ganar consumidores y nuevos mercados”, añade.
La OPS recomienda a los gobiernos que intervengan para “evitar que los no fumadores empiecen a consumir estos productos, impedir que el consumo de tabaco vuelva a normalizarse en la sociedad y proteger a las generaciones futuras”.
A nivel mundial, el tabaco causa más de ocho millones de muertes al año, de las cuales unos 1,2 millones en personas que no son fumadoras pero que han estado expuestas al humo del tabaco.