El estratega político estadounidense Roger Stone, conocido por su cercanía con el presidente Donald Trump, provocó un nuevo episodio de tensión política en Honduras al publicar un mensaje incendiario en la red social X.
En su declaración, Stone aseguró que el expresidente Manuel “Mel” Zelaya debería “desear” su extradición a Estados Unidos, insinuando que existen expedientes listos para un eventual proceso judicial.
Además, utilizó un lenguaje ofensivo, calificando al exmandatario como “basura humana marxista”.
El pronunciamiento, difundido a escala internacional, reavivó el debate sobre injerencia extranjera, polarización regional y uso político de la justicia.
Analistas interpretaron el mensaje como un intento de presión mediática en un momento electoral sensible para Honduras, donde las narrativas de confrontación han marcado la agenda pública.

La reacción no tardó. Sectores políticos y jurídicos hondureños advirtieron que este tipo de mensajes erosionan la diplomacia, distorsionan la presunción de inocencia y alimentan la desinformación.
En redes sociales, el tema detonó un alto nivel de interacción, con miles de comentarios que exigieron pruebas concretas, respeto al debido proceso y respuestas oficiales.
Expertos en comunicación política subrayaron que el uso de figuras internacionales para amplificar señalamientos sin sustento judicial verificable incrementa la tensión en las relaciones bilaterales y condiciona la opinión pública.
El silencio de las autoridades hondureñas contrasta con la viralidad del mensaje, que sigue marcando agenda en medios nacionales e internacionales.
La controversia se suma a un contexto político ya polarizado, donde las acusaciones externas refuerzan la percepción de inestabilidad institucional.
Para los analistas, este episodio refleja cómo la retórica digital de actores extranjeros puede influir directamente en la dinámica política de la región, generando incertidumbre y debilitando la confianza ciudadana en los procesos democráticos.