En medio de la tensión política que atraviesa Honduras tras las elecciones generales del 30 de noviembre, el presidente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL), Roberto Contreras, lanzó un llamado contundente a la Embajada de Estados Unidos para que mantenga la política de cancelación de visas a funcionarios que obstaculicen el escrutinio electoral.
Según el dirigente, cualquier intento de frenar el conteo de votos “solo beneficia al partido Libre” y pone en riesgo la transparencia del proceso democrático.
Contreras, también alcalde de San Pedro Sula, subrayó que la voluntad de los más de 3.4 millones de hondureños que acudieron a las urnas no puede ser vulnerada por “tahúres de la política” que buscan manipular los resultados.
En ese sentido, exigió que los organismos internacionales ejerzan presión para evitar retrasos que empañen la credibilidad de los comicios.
El líder liberal recordó que aún están pendientes más de 2,790 urnas con inconsistencias, cuyo escrutinio especial será clave para definir al próximo presidente del país.
Asimismo, advirtió que la falta de avances ha generado expectativas infundadas en Libre y podría derivar en un caos político si no se garantiza un conteo transparente.
Contreras también anunció que propondrá la creación de un Consejo de Manejo de Crisis dentro del Partido Liberal, con el fin de coordinar acciones frente al retraso del escrutinio y asegurar que sus representantes participen activamente en las mesas de conteo.
El dirigente liberal fue enfático al señalar que cualquier miembro de su partido que negocie con Libre será expulsado, reafirmando su rechazo a pactos que, según él, solo perpetuarían la influencia de la familia Zelaya en el poder.
Finalmente, Contreras instó a los candidatos presidenciales a mantener la calma y evitar proclamaciones anticipadas, recordando que solo el Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene la facultad de declarar oficialmente al ganador.
Con estas declaraciones, Contreras dijo que el Partido Liberal busca posicionarse como garante de la institucionalidad y la transparencia, en un escenario donde la presión internacional y la vigilancia ciudadana serán determinantes para el desenlace de la crisis electoral.