La inflación se moderó levemente en Estados Unidos en julio, según datos oficiales publicados el miércoles, gracias a las alzas de tasas de interés de la Reserva Federal para enfriar la economía y a una caída en los precios de la gasolina.
El Indice de Precios al Consumo (IPC) cayó a 8,5% en 12 meses a julio, según las cifras del Departamento de Trabajo, por debajo de lo esperado por el mercado.
El dato es un bálsamo para el presidente Joe Biden, a pocos meses de las elecciones legislativas de medio mandato de noviembre.
Impulsados por fuertes gastos de los consumidores a partir de ahorros generados durante la pandemia, escasez de bienes por problemas en las cadenas de aprovisionamiento globales, falta de mano de obra y la invasión de Rusia a Ucrania que disparó precios de alimentos y petróleo, la inflación había marcado 9,1% en junio en 12 meses, un máximo en 40 años.
En la comparación mes a mes con junio, el IPC se mantuvo sin cambios, contrariamente al fuerte aumento que se registró entre mayo y junio. Si se excluyen los precios más volátiles de alimentos y energía, la inflación llamada “subyacente” fue de apenas 0,3% en el período considerado, el incremento más bajo en cuatro meses.
“Hoy recibimos noticias de que nuestra economía tuvo cero por ciento de inflación en julio. Cero por ciento”, enfatizó el presidente Joe Biden hablando en la Casa Blanca.
“Vemos señales de que tal vez la inflación está comenzando a moderarse”, celebró, aunque reconoció que el partido no está ganado.
Aunque el incremento de precios se modere, los costos de consumo de las familias en Estados Unidos siguen subiendo, con el consiguiente impacto sobre la popularidad del mandatario.
La oposición republicana acusa al presidente por la escalada inflacionaria, tras aprobar gigantescos paquetes de ayuda por 1,9 billones de dólares durante la pandemia de coronavirus.
Los republicanos volvieron a criticar además la política económica del mandatario y advirtieron que la aprobación en el Senado de un proyecto de ley de la Casa Blanca sobre clima y salud, titulado “Ley de reducción la inflación”, provocará el efecto contrario al que anuncia su nombre.
El Senado aprobó el domingo, solo con votos demócratas, el ambicioso plan de Biden por 430.000 millones de dólares de inversiones, que retornará ahora a la Cámara de Representantes para una votación final, antes de ser promulgado por el mandatario.
– Camino por recorrer –
Los economistas advierten de no festejar antes de tiempo a partir de un solo reporte, y temen que la moderación de la inflación ligada a la caída de los precios de la gasolina pueda verse compensada por un incremento de los alquileres y los precios de la vivienda.
La pregunta sigue siendo para la Reserva Federal y el gobierno, si será posible llevar la inflación a niveles menores sin arrastrar a la mayor economía mundial a la recesión, luego de dos trimestres consecutivos de contracción económica este año.
En su intento por contener la subida de precios, la Fed ya subió sus tasas de interés de referencia cuatro veces consecutivas, hasta 2.25-2,50%.
Los dirigentes de la Fed han dejado claro que nuevos incrementos importantes están sobre la mesa.
Neel KashKari, titular de la Fed de Minneapolis, señaló que si bien los datos del miércoles son bienvenidos, “esto es solo un primer indicio de que tal vez la inflación está comenzando a moverse en la dirección correcta”.
Pero los dirigentes de la Fed están “lejos, lejos, muy lejos de cantar victoria”, sostuvo en una conferencia, en la que reiteró el objetivo de devolver la inflación a niveles de 2%, considerados sanos para la economía.
Los inversores se mostraron optimistas con los datos y Wall Street celebró con un cierre en fuerte alza. El índice Dow Jones ganó 1,63%, el tecnológico Nasdaq 2,89% y el S&P 500 2,13%.
– “Precios siguen altos” –
“Los datos de un mes son demasiado volátiles para pensar que quedó atrás el pico de inflación”, dijo Joseph Gagnon, del Peterson Institute for International Economics.
El robusto mercado laboral, que llevó en julio la tasa de desempleo a los niveles prepandemia de 3,5%, tiene un costado negativo: todavía hay casi dos puestos de trabajo abiertos por cada trabajador buscando empleo, y los costos laborales para las empresas han subido fuertemente. Esto empuja los salarios y por ende presiona los precios al alza.
Rubeela Farooqi, de High-Frequency Economics, advirtió que los precios siguen altos.
“Sumados a la fortaleza del mercado laboral y los ingresos, los datos dan argumento para otro agresivo aumento de tasas (de interés) en setiembre”, sostuvo en un análisis.