Agentes de la Patrulla Fronteriza en Charlotte, Carolina del Norte, detuvieron a dos ciudadanas estadounidenses acusadas de “obstaculizar su trabajo”, luego de que tocaran la bocina de su vehículo para advertir a vecinos sobre la presencia de agentes migratorios en la zona de Plaza Midwood.
El hecho, registrado en video, muestra a varios oficiales rodeando el automóvil, mientras uno apunta un rifle hacia la ventana del conductor y exige que bajen los cristales.
Segundos después, el agente rompe el vidrio con el arma y ambas ocupantes son sacadas del vehículo y sujetadas con bridas plásticas.
Las mujeres fueron trasladadas a una instalación del FBI en Charlotte y liberadas horas más tarde con una citación judicial, según reportes de medios locales como WCNC y VisaVerge. El incidente se enmarca en la “Operación Charlotte’s Web”, desplegada desde el 15 de noviembre por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que en sus primeros días dejó más de 130 arrestos en la ciudad.

La ofensiva migratoria forma parte de una estrategia nacional impulsada por la administración del presidente Donald Trump, que ha convertido a Carolina del Norte en uno de los nuevos centros de aplicación de la política federal. En Charlotte y Raleigh se han reportado redadas en comercios y vecindarios, con más de 250 personas detenidas en operativos recientes.
Autoridades locales, incluida la alcaldesa Vi Lyles y el condado de Mecklenburg, criticaron la presencia de la Patrulla Fronteriza, señalando que estas acciones generan “miedo innecesario e incertidumbre” en la comunidad. Organizaciones civiles y residentes han denunciado que los operativos afectan incluso a personas sin historial criminal y han convocado protestas en defensa de los derechos civiles.
El caso de las dos mujeres estadounidenses ha abierto un debate sobre libertad de expresión y uso excesivo de la fuerza, mientras abogados y activistas analizan posibles violaciones legales.
La tensión en Charlotte refleja el impacto de la política migratoria nacional en comunidades locales, donde el temor y la desconfianza hacia las autoridades federales continúan creciendo.