El técnico colombiano Reinaldo Rueda puso fin a su segunda etapa al frente de la selección de Honduras con una emotiva despedida marcada por lágrimas y palabras de autocrítica, luego del empate sin goles ante Costa Rica que dejó a la bicolor fuera del Mundial United 2026.
En la conferencia de prensa posterior al partido en el Estadio Nacional de San José, Rueda no pudo contener el llanto y expresó que “el fútbol nos dio una lección de humildad”, reconociendo que no logró cumplir el sueño de miles de hondureños de volver a una Copa del Mundo.
La eliminación fue un golpe duro para la afición, que esperaba que el estratega repitiera la hazaña de 2010, cuando clasificó a Honduras al Mundial de Sudáfrica. Sin embargo, esta segunda etapa estuvo marcada por irregularidades, falta de gol y un bajo rendimiento colectivo. Honduras cerró la eliminatoria con 9 puntos, quedando por debajo de Haití, que con 11 unidades se llevó el pase directo.

Rueda, de 68 años, había adelantado meses atrás que dejaría el banquillo sin importar el resultado, y tras el partido confirmó que su ciclo estaba terminado. “Perdón, pero no pude hacer realidad el sueño de los hondureños”, dijo visiblemente afectado, acompañado por su familia en las gradas.
La prensa internacional destacó las imágenes del técnico llorando, símbolo de la frustración de un país que no logra clasificar a un Mundial desde Brasil 2014. La Federación Nacional de Fútbol de Honduras (Fenafuth) deberá ahora definir al sucesor, en medio de llamados a una profunda reestructuración del balompié nacional.
La frase “nunca son buenas las segundas partes” resume el desenlace de Rueda, quien se marcha dejando una mezcla de nostalgia y decepción, pero también la enseñanza de que el fútbol exige renovación constante y compromiso colectivo.