Los países de la Organización Panamericana de la Salud aprobaron una resolución que defiende el acceso equitativo a la vacuna contra la viruela del mono en América, informó la OPS en un comunicado.
En las Américas se han notificado unas 10.000 infecciones por viruela símica en 24 países desde el inicio del brote, lo que representa el 36% de los casos mundiales, señaló.
Para hacer frente al brote, el consejo directivo de la OPS adoptó, durante una sesión especial, una resolución que solicita a la directora, Carissa Etienne, “que facilite una respuesta coordinada y tome medidas para apoyar a sus Estados miembros a tener acceso a esta vacuna a través del Fondo Rotatorio de la organización”.
Además pide a los países de la región que reconozcan a este fondo rotatorio “como el mecanismo técnico regional estratégico más adecuado para brindar un acceso equitativo a esta y otras vacunas”.
Etienne consideró que se puede detener la transmisión del virus si se siguen unas recomendaciones, como comunicar los riesgos, involucrar a las comunidades afectadas y favorecer la detección temprana y la vigilancia, así como tratar y aislar a los pacientes. También habría que hacer un seguimiento de los contactos.
Pero “la vacunación posterior o previa a la exposición podría ser un complemento de las demás medidas”, aseguró Etienne.
A día de hoy solo existe, dijo, una vacuna de tercera generación contra la viruela símica en el mundo y es elaborada por un solo productor, con el que la OPS está negociando a pesar de que los suministros “son extremadamente limitados”.
El grupo técnico asesor de la OPS recomienda que los países den prioridad a las vacunas para grupos específicos, así como para los contactos cercanos de un caso confirmado.
La inmensa mayoría de los casos se dan en hombres que afirman mantener relaciones sexuales con hombres y se han contagiado a través de una exposición por contacto sexual.
Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor muscular y una erupción que forma ampollas y costras.
La erupción suele concentrarse en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. La boca, los genitales y los ojos también pueden verse afectados.
Los síntomas pueden ser leves o graves y suelen durar varias semanas, durante las cuales la persona puede contagiar a otras. La mayoría de las personas se recuperan en pocas semanas sin tratamiento.