Un joven albañil sobrevive de milagro, luego de un dramático rescate en una condición crítica aprisionado por un enorme muro de contención de una vivienda, bajo fuerte tormenta, con correntadas, entre el lodo, rayos y truenos en la colonia Nueva Suyapa en Tegucigalpa.
Eran como las 3:00 de la tarde, cuando el Sistema Nacional de Emergencia 911 recibió el reporte de emergencia, sobre Darling Canales, de oficio albañil, quien se encontraba atrapado entre un alud de tierra.
Los ángeles existen. Esa tarde salieron de diferentes rincones. Unos vestían traje caqui con cascos de bomberos, otros con chalecos rojos y camisa blanca de la Cruz Roja Hondureña.
Los ángeles estaban presentes allí en forma de hombres rudos de piel quemada, con manos callosas, con camisas, pantalones rotos, burros y botas de hule, indumentaria característica nobles trabajadores del sector construcción.
No faltaron vecinos de la cuadra a quienes no les importó empaparse bajo esa tormenta, deteniendo como pilares humanos, los plásticos y toldos enormes, alrededor del área donde se desarrollaba la operación con un mismo sentir: “Liberen a Darling”.
Estaban dispuestos a dar su vida por el necesitado, pues se corría el riesgo de que el muro se viniera abajo por completo, presionado por acumulación de agua, sumado a excavaciones que se hicieron para extraer al joven atrapado.
“Traigan más chanchas” gritaba el maestro de obras. Las “chanchas” en albañilería son herramientas para sacar tierra, es decir cavadoras manuales, de mango largo con dos hojas de acero para realizar agujeros o zanjas en el suelo. Otros se armaron de palas y barras, Así pasó una hora de intensa labor de rescate, hasta que el reloj marcó las 4:00 de la tarde.
ORACIONES DE FE

Más ángeles bajaron en forma de vecinos residentes en otra cuadra, estos tenían semejanza de guerreros que elevaban al cielo esas oraciones que habla la Biblia: “Las que mueven montañas”.
“En el Nombre de Jesús, Dios detén la lluvia”, era el clamor, con el objetico de arrebatar esa alma que se llevaba el destructor.
Sin lugar a dudas Dios respondió el clamor: Eran como las 4::15 de la tarde, la lluvia aminoró en el momento más crítico del rescate. Canales aceptó allí al Señor Jesucristo como su Salvador personal.
Casi llegando a las 5:00 de la tarde, sacaron al obrero, se vino un torrencial aguacero, pero gracias a Dios, Darling ya iba en una ambulancia, con suero, rumbo a un centro asistencial, custodiado en todo momento por paramédicos y seres queridos.
“Como ser humano siento una inmensa alegría, pero la honra y la gloria que se la lleve Jesucristo, a Dios que nos dio la sabiduría para extraer a este hondureño que a raíz de las lluvias sufrió este problema”, exclamó el capitan del Cuerpo de Bomberos, Sergio Madrid, bañado por la fuerte lluvia que caía en esa zona del extremo oriente capitalino.
“Hicimos lo humanamente posible, pero fue Dios que nos dio la sabiduría. Gracias a todo mi equipo de trabajo y los cuerpos de socorro que nos apoyaron hombro a hombro”, insistió. “Va estable lleva una lesión en una de sus extremidades, pero en el poderoso nombre de Jesús, esta alma va fuera de peligro”, agradeció después de casi dos horas de rescate dramático.
Sergio Madrid, abrazó a cada uno de los integrantes de su equipo y de la Cruz Roja que protagonizaron este exitoso rescate, con presencia de ángeles, del que muchos fueron testigos en la Nueva Suyapa.