VALLE. – El paso fronterizo de El Amatillo, en el departamento de Valle, se vio desbordado por miles de turistas hondureños que buscan disfrutar el feriado en territorio salvadoreño. Fallas técnicas y largas filas marcaron la Semana Morazánica.
Desde tempranas horas, la aduana terrestre de El Amatillo, ubicada en Goascorán, Valle, colapsó ante el ingreso masivo de hondureños que decidieron pasar el feriado de la Semana Morazánica en El Salvador.
Las filas de vehículos y peatones se extendieron por kilómetros, generando tiempos de espera de hasta cinco horas bajo un inclemente sol.

El fenómeno se repite por segundo día consecutivo y responde a una tendencia creciente: miles de hondureños, especialmente del sur y occidente del país, optan por El Salvador como destino turístico, atraídos por la percepción de mayor seguridad, costos accesibles y una oferta cultural activa.
La situación se agravó por fallas en el sistema informático de la aduana hondureña, lo que ralentizó el proceso migratorio. Algunos viajeros improvisaron refugios con cartones y pañuelos, mientras otros buscaron sombra bajo árboles cercanos.
El Instituto Nacional de Migración atribuyó el colapso a obras de remodelación en curso, aunque reconoció que el sistema “Paso Ágil” no resistió la presión de miles de usuarios.

Del lado salvadoreño, el gobierno de Nayib Bukele organizó un recibimiento cálido: empleados entregaron kits de bienvenida, agua y agilizaron el ingreso, mientras en San Salvador se ofreció un espectáculo de fuegos artificiales para los visitantes hondureños.
La aduana de El Amatillo conecta directamente con La Unión, El Salvador, y es uno de los principales corredores turísticos y comerciales entre ambos países. Las autoridades fronterizas han intensificado sus operaciones, pero la capacidad de procesamiento fue ampliamente superada.
El colapso evidencia la necesidad urgente de modernizar la infraestructura fronteriza y coordinar esfuerzos binacionales para garantizar un tránsito seguro y eficiente en períodos de alta demanda.