Protestas en Cayos Cochinos por inicio de “Supervivientes”

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ISLAS DE LA BAHÍA.  — Mientras se da inicio al rodaje del reality español Supervivientes en el archipiélago de Cayos Cochinos, se registran protestas por parte de pobladores de Nueva Armenia, Jutiapa y miembros de la comunidad garífuna, quienes denuncian afectaciones al ecosistema marino y al proceso de desove de la Tortuga Carey, especie en peligro crítico de extinción.

Septiembre marca el inicio de la temporada de anidación de esta tortuga en las costas hondureñas, especialmente en los cayos menores del archipiélago, declarado Monumento Natural Marino desde 2003.

Las comunidades locales advierten que la presencia de equipos de producción, embarcaciones y actividades recreativas vinculadas al programa televisivo podrían alterar el ciclo reproductivo de esta especie, que deposita sus huevos en playas tranquilas y poco intervenidas.

“Estamos defendiendo el derecho de la Tortuga Carey a reproducirse en paz. No se trata solo de televisión, se trata de vida silvestre, de respeto a nuestros territorios”, expresó Mabel Robledo, defensora garífuna y vocera de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH), que también ha denunciado la falta de consulta previa para el uso de estas áreas protegidas.

Las protestas se intensificaron tras conocerse que el programa Supervivientes, producido por Mediaset España, inició grabaciones sin que se haya socializado el plan de manejo ambiental ni se haya garantizado la no interferencia con los ciclos biológicos de especies protegidas.

En paralelo, pescadores artesanales denuncian restricciones de acceso a zonas de pesca tradicionales, lo que agrava la tensión con las autoridades y empresas vinculadas al turismo y entretenimiento.

La Fundación Cayos Cochinos, junto con el Instituto de Conservación Forestal (ICF), administra el área protegida, pero ha sido señalada por permitir actividades comerciales sin garantizar la participación de las comunidades locales.

Los manifestantes exigen la suspensión temporal del rodaje, la intervención del Ministerio de Ambiente y la presencia de observadores internacionales. Mientras tanto, el reality avanza, pero bajo la mirada crítica de quienes defienden el equilibrio entre desarrollo y conservación.