La crisis alimentaria se agrava. Los precios mundiales de los alimentos se han estabilizado en los últimos meses, pero siguen situados muy por encima de los de 2021, alertó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El motor principal de la inflación mundial de los precios de los alimentos -en particular, de los cereales, como el trigo- ha sido la guerra en Ucrania; las restricciones a las exportaciones impuestas en varios países han provocado un aumento de los precios mundiales de los alimentos, si bien algunas de ellas se han eliminado recientemente.
Los países de bajo ingreso, en los cuales los alimentos constituyen una parte importante del consumo, son los que más sienten los efectos de esta inflación.
Los países cuyas dietas incluyen mayoritariamente bienes que registran los principales incrementos de precios (especialmente trigo y maíz), los que presentan una mayor dependencia de las importaciones de alimentos y los que registran un amplio traspaso de los precios mundiales a los precios de los alimentos básicos locales son los más perjudicados.
Los países de bajo ingreso cuyos habitantes ya presentaban malnutrición aguda y exceso de mortalidad antes de la guerra, especialmente en África subsahariana, han sufrido efectos particularmente graves.