La crisis en Panamá se agudizó con cortes de rutas que impidieron la llegada de alimentos a la capital, intentos de saqueos y sin un acuerdo entre el gobierno y manifestantes para detener las protestas a cambio de medidas contra el alza de precios.
“Ya estamos listos para esperar al gobierno nacional para que le de respuesta al pueblo panameño”, afirmó Fernando Ábrego, dirigente de la Asociación de Profesores de Panamá.
Sus declaraciones se produjeron después de una maratónica reunión, en Penonomé, a 150 kilómetros al suroeste de Ciudad de Panamá, donde las organizaciones que apoyan las protestas afinaron detalles para la negociación con el gobierno, bajo la mediación de la Iglesia católica.
La institución religiosa anunció que el Ejecutivo “confirmó” su participación en las conversaciones el jueves.
Las organizaciones piden una rebaja y congelamiento de los precios de la canasta básica, combustible, energía, medicamentos, la inversión del 6% del PIB en educación pública y el futuro del sistema de salud estatal.
También exigen tomar medidas contra la corrupción, en medio de fuertes críticas ciudadanas por los sueldos de altos funcionarios y el despilfarro de los recursos públicos.
Tras más de dos semanas de protestas, el cierre de carreteras, principalmente en la vía Panamericana, que conecta a Panamá con Costa Rica, y ruta principal para el comercio y transporte de mercancías, ha provocado desabastecimiento.
Para aliviar la situación, más de 200 camiones con alimentos frescos trataron de llegar a la capital desde la provincia occidental de Chiriquí, el granero del país. Sin embargo, no pudieron avanzar por los distintos bloqueos en la vía Panamericana.
“El esfuerzo solidario” para “hacer llegar a través de un corredor humanitario alimentos a la población en la ciudad capital ha fracasado”, lamentó Jaime Caballero, dirigente del Suntracs, sindicato que apoya las protestas.
Caballero había anunciado que tras dialogar con los manifestantes que mantienen cerradas las vías se había acordado que pudieran pasar los camiones.
Gremios empresariales calculan que las pérdidas por los cortes de vías han sido de unos 500 millones de dólares en 10 días.
-Intentos de saqueos-
Los manifestantes protestan y cortan el tráfico para exigir al gobierno de Laurentino Cortizo medidas contra el alza de los precios. Se trata de la mayor crisis social desde la invasión de Estados Unidos en 1989.
Para calmar los ánimos, el gobernante bajó en un primer momento de 5,20 dólares a 3,95 el precio del galón de gasolina (3,78 litros), pero la medida fue rechazada. Luego se ofreció una rebaja a 3,25 dólares, que rige actualmente.
Al malestar de los sindicatos se sumaron este miércoles los empresarios.
“Resulta urgente que el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial ataquen sin miramientos todo acto de corrupción, acaben con los privilegios y la falta de transparencia”, dijo la presidenta de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, Marcela Galindo.
El comisionado de Policía, Roberto Rodríguez, informó el miércoles que en el popular barrio de El Chorrillo, en Ciudad de Panamá, “varias personas” intentaron “vandalizar comercios, quemar llantas y poner obstáculos en la vía pública” para robar a los ocupantes de vehículos.
Según la Policía, también hubo intentos de saqueo en La Peatonal, una calle de tiendas y comercios en la capital panameña, cuya vigilancia fue reforzada.
-Manifestaciones siguen-
Pese a su economía dolarizada, altas cifras de crecimiento económico e ingresos por más de 2.000 millones de dólares anuales gracias al Canal, Panamá tiene uno de los mayores índices de desigualdad del mundo.
Al este de la capital panameña, grupos de indígenas cortaron varios tramos de la vía Panamericana.
“Vemos la canasta básica, el precio que se ha disparado, incluso de los medicamentos, el combustible”, afirmó a la AFP el indígena Linares García, en un corte de vía en la localidad de Pacora.
Los gobernantes “cada vez más siguen haciéndose ricos, siguen lucrándose a costa del pueblo, y el pueblo es el que va a sufrir”, declaró Wilfredo Samudio, durante un corte de carretera en una comunidad indígena de Bayano, también al este de Ciudad de Panamá.
El martes, más de 20 personas fueron detenidas y siete policías fueron heridos tras enfrentamientos en Santiago de Veraguas, 250 kilómetros al suroeste de Ciudad de Panamá. Hubo gases lacrimógenos, barricadas y quema de neumáticos.
“El diálogo tiene que realizarse desde el respeto, con muestras de buena voluntad de todos. Empezando por abrir las vías, garantizando la libre circulación de la ciudadanía y la atención de las necesidades básicas”, agregó Galindo.