Sur de Líbano es un cementerio y pueblos fantasmas

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Cuando Alí Qashmar regresó a su pueblo del sur de Líbano, a pie y aprovechando que los soldados israelíes que combatían contra Hezbolá se retiraron, descubrió que su casa había sido prácticamente destruida.

“Vinimos a respirar el aire fresco de nuestra tierra y de nuestro pueblo” y nos dimos de bruces con una “destrucción total”, lamentó el hombre, de 74 años, que se había visto forzado a huir de su casa cuando empezaron los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá, en octubre de 2023.

El pueblo quedó “abandonado y completamente desierto”, explicó. “No hay ningún lado en el que nos podamos refugiar”, añadió.

Es el mismo panorama con el que se han topado los habitantes de todos los pueblos de los que se retiró el ejército israelí, en el marco del acuerdo de tregua con el movimiento islamista Hezbolá, según periodistas.

Al amanecer se formaron largas filas de vehículos en torno a esas localidades cercanas a la frontera con Israel, a la espera de que el ejército libanés los autorizara a entrar.

Las fuerzas armadas libanesas desplegaron unidades militares en once pueblos.

Aun así, fueron muchas las familias que continuaron su camino a pie.

“Es mi casa, era un edificio de tres pisos, vivía aquí con mis hijos. Todo quedó” por tierra, comentó, atónito, Qashmar, señalando las ruinas de lo que un día fue su vivienda.

Alrededor de la suya se encontraban “las casas de [sus] hermanos”, cuenta. “Todas destruidas”.

Sus ventanas daban al pueblo israelí de Misgav Am, donde este martes no se registró ninguna actividad militar israelí.

– “NO SE ACERQUEN” –

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Israel mantuvo su presencia en cinco posiciones en esa zona, aunque, según el acuerdo de tregua, que entró en vigor el 27 de noviembre, sus efectivos debían abandonarla totalmente.

Sin embargo, a Mohamad Mueise no parecía preocuparle la presencia de tropas israelíes cerca de su aldea. “Volveremos lo quieran o no”, sostuvo.

Antes de que los habitantes regresaran, el ejército libanés abrió carreteras y advirtió a los vecinos de los peligros causados ​​por meses de hostilidades, desencadenadas después de que Hezbolá abrió un frente contra Israel en apoyo a su aliado Hamás, el movimiento palestino que gobierna en la Franja de Gaza.

“No se acerquen, no toquen, avisen inmediatamente”, rezan los carteles que el ejército a colocado en las carreteras.

En el pueblo de Aadaïssé, los lugareños también afirmaron que les costaba reconocer algunos lugares y que hasta las tierras de cultivo quedaron dañadas.

Después del alto el fuego, las tropas israelíes dinamitaron casi todas las viviendas fronterizas.

Según un informe del Banco Mundial publicado a mediados de noviembre, los enfrentamientos entre Hezbola e Israel dañaron unas 100.000 viviendas, de las que alrededor del 18% quedaron totalmente destruidas.

Más de 4.000 personas murieron en el Líbano desde octubre de 2023 a causa de la violencia, según el Ministerio de Salud. Del lado israelí, varias decenas de soldados y civiles murieron, indicaron las autoridades.

Los familiares de centenarios de combatientes de Hezbolá muertos en el sur durante el conflicto siguen esperando poder recuperar sus cuerpos o sus restos, aún bajo los escombros.

Samira Jomaa llegó a Kfar Kila bien temprano este martes, junto a otros vecinos. Algunas llevaban fotos de sus parientes muertos y también banderas de Hezbolá.

“Vine a buscar a mi hermano”, que estaba en el pueblo “con sus camaradas”, explicó la mujer, conmovida. “No hemos tenido noticias suyas […] Estamos seguros de que morir como mártires”.