Diplomáticos de Naciones Unidas continuaron el domingo negociaciones que buscan la prolongación de la ayuda transfronteriza para millones de personas que viven en el noroeste de Siria, controlado por los rebeldes, entre temores de que la asistencia se suspenda pronto.
En vigor desde 2014, la ayuda humanitaria internacional que transita a través del paso de Bab al-Hawa, en la frontera entre Siria y Turquía, debe suspenderse el domingo a medianoche, luego de que Rusia vetó el viernes un proyecto de resolución para extender por un año la autorización para ese mecanismo sin la aprobación del régimen sirio.
Según los diplomáticos, Rusia sigue insistiendo en una prórroga limitada de seis meses, posiblemente renovable, para que la ONU pueda utilizar el cruce, que evita las zonas controladas por el régimen.
Los 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad propusieron una prolongación de nueve meses para salir del bloqueo, según fuentes diplomáticas. Pero por ahora, no se ha llegado a ningún acuerdo.
La ayuda está destinada a los más de 2,4 millones de habitantes de la región de Idlib (noroeste), en gran parte bajo control de los grupos yihadistas y rebeldes.
“Las negociaciones siguen”, indicó a un diplomático en Nueva York bajo condición de anonimato. “Estamos atascados donde estábamos el viernes”, dijo un embajador que tampoco quiso ser identificado.
Para Rusia, que tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad, la ayuda solo debería ser entregada desde Damasco a través de las líneas del frente al noroeste del país.
Moscú ha reducido considerablemente el dispositivo en los últimos años ya que considera que viola la soberanía de Siria.
“Rusia no ha cambiado su posición”, dijo el domingo otro embajador de un país miembro del Consejo de Seguridad, bajo condición de anonimato.
– “Bajo asedio” –
Todavía es posible una votación en el Consejo de Seguridad a principios de esta semana, dijeron varias fuentes. El Consejo ya ha prorrogado el mecanismo más allá de su fecha de vencimiento.
Sin un acuerdo, la ayuda internacional podría seguir enviándose bajo otras formas por definir, pero sin la misma eficacia.
“Por el momento, no tenemos ninguna información sobre el mecanismo que se aplicará en el próximo periodo”, declaró el domingo Mazen Allouch, un responsable rebelde en el paso de Bab al-Hawa.
“Los grupos humanitarios colaboradores de la ONU, que operan en las zonas libres (del control del régimen), tienen un plan de intervención de urgencia”, en caso de que la autorización de la ONU no sea prolongada, agregó.
Pero, según él, las reservas disponibles no alcanzarán “más de un mes”.
Más de 4.600 camiones de ayuda que transportan principalmente alimentos han pasado por el cruce de Bab al-Hawa este año, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios(OCHA).
“Si las entregas de ayuda se desvían a [zonas controladas por] el régimen, estaremos efectivamente bajo asedio”, dijo Abu Mohmmad, un desplazado de 45 años que vive en un campamento del norte de Idlib.
“Quieren matarnos de hambre y ponernos de rodillas”, se lamenta este padre de cuatro hijos.