El premundial de fútbol femenino de Concacaf cumple su primera semana marcado por la escasa asistencia pues ni el local México ni la poderosa Estados Unidos han jalado a la afición de Monterrey (norte), la plaza fuerte de la especialidad.
Los comentaristas deportivos hacen cuentas y aseguran que la afición cautiva del fútbol femenino en Monterrey es de al menos 20.000 almas, capaz de imponer récords de tribuna cuando se disputa el clásico local entre Tigres y Rayadas.
“Me sorprende la poca asistencia a este torneo, en Monterrey es donde se registran las mayores entradas en el fútbol femenil”, dice Ramón Villa Zeballos, exdirector técnico de las ‘Amazonas’ de Tigres, que acumulan cuatro títulos de liga.
El torneo arrancó el lunes 4 de julio con los dos mayores atractivos: Estados Unidos enfrentando a Jamaica en el partido inaugural seguido de México ante Jamaica en el cierre de jornada.
Pero la afición fue contada en el estadio Universitario y el martes, cuando entró en acción el grupo B con Canadá, Costa Rica, Panamá y Trinidad y Tobago, el estadio BBVA de Rayados, uno de los más modernos de América Latina, lucía fantasmal con las tribunas vacías.
El jueves, con el México-Haití y vendiendo los boletos a dos por 8,0 dólares, sumaron 6.048 asistentes. Al menos se sentía cierta emoción en las gradas, ocupadas esencialmente por familias enteras y algunas chicas que juegan en ligas menores.
La noche del viernes, el grupo B jugó ante unos 1.000 espectadores.
“Hemos llegado a meter más de 12.000 en un partido cualquiera de la liga. En el ‘clásico’ esto está a reventar”, se lamenta, en medio de gritos para arengar a las mexicanas, Odette García, de 33 años y que jugó en fuerzas básicas.
La exjugadora admite que el machismo sigue pesando en la poca difusión y patrocinio al fútbol femenino en México y la región. “Nos falta romper muchas barreras, pero estamos para más afición”, añade.
-Plaza complicada-
Otros encuentran una explicación en la personalidad de los “regios”, los habitantes de Monterrey que en muchos aspectos están más conectados con Estados Unidos, a menos de 200 kilómetros, que con el centro de México.
“Con el ‘Tri’ varonil nos cuesta llenar el estadio”, resume un elemento de la organización del torneo que pide omitir su nombre por no estar autorizado a declarar.
“Es más fácil que vayamos a Texas a ver un partido de Dallas que ir a ver a la selección (masculina) a Ciudad de México”, reconoce en la tribuna César Rodríguez, quien accedió a llevar a sus hijas adolescentes al partido de México contra Haití.
Para Adrianelly Hernández, comentarista de fútbol femenino del programa Cancha y Aparte, la selección de Monterrey como sede fue la adecuada pero subraya la escasa publicidad del torneo.
“No vemos difusión, no hay un solo anuncio del torneo, ni antes ni después, la venta de boletos fue confusa”, lamentó.
Personal de Concacaf declinó comentar solicitudes de la AFP sobre aspectos como la difusión y patrocinio del torneo.
Con México prácticamente eliminado tras caer 1-0 ante Jamaica y 3-0 con Haití, jalar a la afición la próxima semana para que vean a otros equipos se antoja cuesta arriba.
Sólo una goleada ante las poderosas estadounidenses el próximo lunes le daría un respiro a las aztecas y la tribuna.
Villa Zeballos recuerda que uno de los factores que incide en los salarios de las jugadoras son las ganancias que generan en taquilla, que se debe conjugar con un equipo que dé resultados y se entregue en el terreno.
“La gente quiere ver a un equipo ganador en su plaza”, resume.