El triunfo de Donald Trump en la elección presidencial estadounidense deja a México enfrentado a potenciales tensiones comerciales, aranceles y deportaciones masivas de migrantes que pondrán a prueba la relación entre estos vecinos que comparten una enorme frontera, advierten los analistas.
En la víspera de la elección Trump prometió imponer aranceles de al menos 25% a las exportaciones de México a menos que éste detenga una “embestida de criminales y drogas”.
México “debe tomar con seriedad lo que dice Trump” dado lo que hizo en su primer mandato, como la construcción de un muro en la frontera, dijo Pamela Starr, experta en las relaciones entre ambos países de la Universidad del sur de California.
Al mismo tiempo, “a Trump le gusta negociar desde una posición de fuerza, lo cual significa que tiende a usar retórica coercitiva para presentar una situación extrema desde la cual puede negociar a la baja”, apuntó.
El peso mexicano cayó a su menor nivel en dos años tras el triunfo de Trump, mientras los mercados se preparan para una escalada de fricciones comerciales.
“No hay motivo de preocupación (…) Nuestra economía está muy sólida”, dijo este miércoles la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum al lanzar un mensaje de tranquilidad a los mexicanos.
“Hay una integración económica muy importante que favorece a ambos países, es una fortaleza de ambos, no competimos entre nosotros, sino al revés, nos complementamos”, añadió.
A nivel personal, los analistas anticipan más tensiones entre Trump y la presidenta mexicana de izquierda, abiertamente feminista, de las que hubiera habido con la demócrata Kamala Harris.
“Sheinbaum no es sólo una mujer, sino que es una mujer fuerte e inteligente. Es el tipo de mujer con la que Trump no se siente a gusto”, señala Starr.
“Creo que la desafiará, la presionará, la arrinconará. Pero ella es dura, y sospecho que responderá con la misma fuerza y, en última instancia, él se dará cuenta de que tiene que llegar a algún tipo de acuerdo con ella”.
Para Gabriela Siller, jefa de análisis económico del Banco BASE, los aranceles del 25% no son “una amenaza menor”.
“Afectarían las exportaciones, la creación de empleo formal, la inversión extranjera directa y el crecimiento económico. Con esto, seguramente también vendrían recortes en la calificación crediticia de la deuda soberana de México”, explica.