Los israelíes recibieron con alborozo la noticia de la muerte de Hasán Nasralá en un bombardeo israelí en un suburbio de Beirut, aunque discutían sobre si sus vidas serían más seguras a largo plazo tras la desaparición del jefe de la formación islamista libanesa Hezbolá.
Israel confirmó el sábado por la tarde la eliminación de Nasralá en un bombardeo que el viernes remeció la capital libanesa; pero ya por la mañana, cuando la información circulaba, los israelíes que paseaban por el litoral marítimo de Tel Aviv expresaban su alivio, en un contexto de escalada bélica en la frontera entre Israel y Líbano.
“Es una noticia absolutamente fantástica, debería haberse hecho hace mucho”, dice David Shalev, un habitante de la ciudad.
Shalve duda que la muerte de Nasralá ponga fin a los enfrentamientos en el norte del país, pero considera que envió un mensaje claro a los enemigos de Israel en la región “¡No se metan con nosotros!”.
“Lo único que queremos es que la gente entienda que no vamos a permitir que nos masacren”, abunda Yosi Koren, un consultor de 70 años, que vive en la región de Jerusalén.
Hezbolá incrementó los disparos de cohetes contra Israel desde el día siguiente del inicio de la guerra en Gaza, desencadenada por la letal incursión, el 7 de octubre de 2023, de sus aliados islamistas de Hamás en el sur de Israel.
En los últimos días, Israel cambió el foco de la guerra desde Gaza a su frontera norte, con el fin proclamado de lograr el retorno a sus hogares de unos 60.000 israelíes que debieron evacuar sus hogares a causa de esos disparos.
Con esta escalada, Hezbolá amplió el radio de sus disparos y el miércoles anunció que había lanzado un misil hacia la sede del Mosad, el servicio de inteligencia exterior israelí, cerca de Tel Aviv.
– UNA “SOLUCIÓN POLÍTICA” –
Una de las evacuadas del norte, Lena Gordin, dice que se sintió “orgullosa” al leer el anuncio del ejército.
“Hará falta tiempo, pero estamos cada vez más cerca del momento en que podamos regresar a casa”, añadió.
En la ciudad costera de Rishon LeZion, en el centro de Israel, Shuli Díaz afirma que la operación que mató a Nasralá fue “asombrosa” y piensa que “la eliminación de Nasralá pondrá fin a la guerra”.
“Creo que esto traerá algún tipo de solución política. Al menos eso espero”, añade.
El ejército israelí afirmó que la eliminación del jefe de Hezbolá, en una operación llamada “Nuevo orden”, hace que el mundo sea “un lugar más seguro”.
Un mensaje acogido con beneplácito por Rami Steiner, otro habitante de Rishon LeZion.
“Estamos celebrando la muerte del terrorista número uno del mundo”, afirmó.
“Esta es una oportunidad para una nueva era, un mundo mejor sin terroristas”, aseguró.