Al menos 51 personas murieron y más de 200 resultaron heridas en un bombardeo ruso en la ciudad de Poltava, en el centro de Ucrania, que destruyó parcialmente un instituto militar de la exrepública soviética.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometió que lo que llamó “escoria rusa” rendirá cuentas por el ataque, mientras los equipos de rescate seguían trabajando para despejar los escombros.
“Según la información disponible, este ataque ruso mató a 51 personas”, dijo Zelenski en un discurso. “El número de heridos es de 271. Sabemos que hay gente bajo los escombros del edificio destruido. Se está haciendo todo lo posible para salvar tantas vidas como sea posible”.
El gobernador regional, Filip Pronin, indicó que “hasta 18 personas podrían estar entre los escombros”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó el “deplorable ataque” contra esta ciudad y prometió mantener “el suministro de los sistemas de defensa aérea (a Kiev) y las capacidades que necesitan para proteger a su país”.
Según Zelenski, dos misiles balísticos golpearon “un centro de enseñanza y un hospital cercano”. “Uno de los edificios del instituto de comunicaciones quedó parcialmente destruido. Varias personas estaban entre los escombros”, declaró el mandatario en Telegram.
Según el Ministerio ucraniano de Defensa, los misiles llegaron muy poco tiempo después de la alerta. “Sorprendieron a la gente cuando se estaba dirigiendo al refugio subterráneo”, explicó.