El papa Francisco llegó a Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, en el inicio de una exigente gira por el sudeste asiático y Oceanía que será la más larga realizada por el pontífice argentino de 87 años.
El avión papal despegó de Roma el lunes por la tarde y, después de un vuelo de 13 horas, aterrizó a las 11H16 en Yakarta (04H16 GMT), en la primera parada de un viaje que lo llevará también a Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur.
Con un total de 32.000 kilómetros, la gira es la más larga y lejana de sus once años de papado. Representa un desafío físico para la frágil salud de Francisco que, no obstante, en las últimas semanas se mostró en aparente buena forma.
En Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo, solo un 3% de la población (unas 8 millones de personas) profesa la fe católica, contra un 87% (242 millones) de musulmanes.
Sin embargo, el catolicismo es una de las seis religiones reconocidas en este país secular junto al protestantismo, el budismo, el hinduismo y el confucianismo.
El jueves, Francisco se reunirá con representantes de las seis en la mezquita Istiqlal, la más grande del sudeste de Asia.
El templo es también símbolo de convivencia al estar conectado a través de “un túnel de la amistad” con la catedral de Yakarta situada al otro lado de la calle.
En la mezquita, el papa firmará una declaración conjunta con el gran imam, Nasaruddin Umar, que denunciará la “deshumanización” causada por la violencia y el conflicto y el deterioro medioambiental, según la conferencia episcopal de Indonesia.
Francisco ha llamado repetidamente en su papado a luchar contra el cambio climático y mitigar sus efectos, especialmente visibles en la gravemente contaminada ciudad de Yakarta, amenazada también por la crecida del mar.
– DISCRIMINACIÓN Y DIÁLOGO –
La visita de tres días contará con un amplio dispositivo de seguridad, con más de 4.000 agentes entre soldados, policía y miembros de la guardia presidencial.
En el centro de Yakarta se ha instalado un gran cartel con el mensaje “Bienvenido papa Francisco” en inglés. Según el Ministerio de Asuntos Religiosos del país, la visita simboliza la diversidad confesional de país del sudeste de Asia.
“Es muy importante para lanzar un mensaje y mostrar al mundo que la armonía religiosa en Indonesia está garantizada”, dijo un portavoz del ministerio a la agencia estatal Antara.
Francisco es el tercer papa en visitar este archipiélago de 17.500 islas después de Pablo VI en 1970 y Juan Pablo II en 1989.
Aunque Indonesia reconoce oficialmente otras religiones, algunas minorías denuncian una creciente discriminación en su contra. Los cristianos locales confían en que el papa aborde esta espinosa cuestión.
La Unión de Periodistas por la Diversidad, con sede en Yakarta, dijo a la AFP que solo en agosto constató ocho violaciones de la libertad religiosa como la prohibición de construcción de una iglesia o ataques a templos.
Sin embargo, el teólogo de la Universidad Nacional de Singapur, Michel Cambon, duda que el papa se centre en esta cuestión específica y considera que enviará un mensaje más amplio como ha hecho en otros países de mayoría musulmana como Irak, Baréin, Turquía o Marruecos.
La visita “no está dirigida realmente a los católicos en Indonesia”, sino a subrayar la importancia global del diálogo entre cristianismo e islam, dijo.
– FRÁGIL SALUD –
El papa argentino se reunirá con el presidente indonesio saliente, Joko Widodo, y se encontrará con jóvenes, diplomáticos y el clero local. También presidirá una misa en un estadio con capacidad para 80.000 personas.
Esta remota gira estaba planeada originalmente para 2020 pero se aplazó por la pandemia del covid. Hasta hace pocas semanas, algunos dudaban de si Francisco podría llevarla a cabo a solo tres meses de cumplir 88 años.
El pontífice suele usar una silla de ruedas para desplazarse, se sometió a una importante operación abdominal en 2023 y ha sufrido varias infecciones respiratorias.
El último viaje al extranjero fue en septiembre de 2023 a la ciudad francesa de Marsella. Dos meses después tuvo que cancelar su intervención en la cumbre climática de la ONU en Dubái por una gripe.
En la gira lo acompañan su doctor personal y dos enfermeros, pero el Vaticano no ha tomado precauciones adicionales para esta ocasión.