Si están atentos a los Juegos de París, los sacerdotes tendrían licencia para actualizar sus tradicionales discursos de matrimonio. La conocida frase para sellar uniones bien podría ser ahora: “En la salud, en la enfermedad… !y en los Juegos Olímpicos!”.
Varias parejas de deportistas, de las mismas o distintas nacionalidades y disciplinas, competirán en las justas de la llamada capital del amor que el viernes tendrá su inauguración oficial con una ceremonia por el río Sena.
Algunos incluso pueden llegar a rivalizar por una medalla, como las voleibolistas Anne Buijs de Países Bajos y Ana Carolina da Silva de Brasil, o unir fuerzas para buscar un metal, como los eslovacos Hana Burzalova y Dominik Cerny, en la debutante maratón de marcha por relevos mixtos.
Otros más podrían ser testigos de primera línea del éxito -o traspiés- de sus enamorados, debido a que comparten los escenarios deportivos porque practican el mismo deporte, aunque participen en categorías diferentes.
Ese será el caso de los surfistas brasileños Luana Silva y Joao Chianca en las olas transparentes y peligrosas de Teahupo’o, en Tahití, sede del surf.
“Nos amamos y nos apoyamos de cualquier forma. Él me ayuda mucho en todo, me alienta bastante, lo admiro mucho”, dijo Silva, de 20 años, al portal Globo Esporte.
– LYLES NO ESTARÁ SOLO –
Sucederá lo mismo con los tenistas de mesa brasileños Hugo Calderano y Bruna Takahashi, los tenistas Elina Svitolina (Ucrania) y Gael Monfils (Francia) o los esgrimistas estadounidenses Gerek Meinhardt y Lee Kiefer.
Pero los focos románticos probablemente estarán centrados en la pista del Estadio de Francia, sede del atletismo.
Además de buscar una nueva presea, tras el bronce obtenido en los 4x400m relevos femeninos en Tokio, la jamaiquina Junelle Bromfield vigilará de cerca las carreras de su novio, el estadounidense Noah Lyles, una de las grandes estrellas en París.
Lyles, vigente campeón mundial en los 100 m, aspira a triunfar en la prueba reina, en los 200 m, en los relevos 4×100 y en los 4×400.
El norteamericano, de 27 años, reveló recientemente que su pareja, de 26, le comparte información útil sobre los duros competidores caribeños, lo que provocó críticas contra Bromfield en las redes sociales.
“Junelle tiene un buen ojo para detectar talento. Si ella dice que alguien va a correr rápido, por lo general corre rápido”, dijo en una entrevista.
También debe llamar la atención los desempeños en Roland Garros, donde se disputará el tenis, de la estrella británica Katie Boulter y su novio, el australiano Alex De Miñaur.
– UN OJO AQUÍ, UN OJO ALLÁ –
Algunas otras parejas estarán distanciadas, ya sea por las barreras propias de representar deportes diferentes o porque uno de los dos no obtuvo el preciado boleto olímpico.
La futbolista alemana Lea Schüller buscará en Marsella y Saint-Étienne el pase a cuartos de final con las campeonas de Rio de Janeiro-2016. El puerto del sur de Francia acogerá las competencias de su compañera, la regatista austríaca Lara Vadlau.
“Es un poco como una relación a larga distancia. No porque vivamos en lugares diferentes (…) sino que una de nosotras siempre está lejos”, explicó Schüller hace dos años al portal de su club, el Bayern de Múnich.
El multimedallista italiano Gregorio Paltrinieri quizás pueda seguir desde las piscinas de La Défense Arena las pruebas de esgrima de su novia, la medallista olímpica Rossella Fiamingo, en el Grand Palais, a poco más de ocho kilómetros de distancia.
En cambio, la leyenda colombian del BMX, Mariana Pajón, no podrá repetir lo sucedido en Tokio-2020, cuando compartió pistas con su esposo, Vincent Pelluard.
El francés, que compite por los cafeteros, no clasificó para las justas.