Más de 400 migrantes asaltaron la valla que separa África de Europa en el enclave español de Melilla, informó la Delegación del Gobierno, en el primer gran intento de este tipo desde la normalización de las relaciones entre España y Marruecos.
Un “grupo numeroso de subsaharianos, perfectamente organizado y violento, ha roto la puerta de acceso del puesto de control fronterizo de Barrio Chino y han accedido a Melilla saltando por el tejado de dicho control”, informó la prefectura en un comunicado, sin precisar cuántos tuvieron éxito en el cruce.
El comunicado hizo hincapié en que el salto se produjo “a pesar del amplio dispositivo de las Fuerzas marroquíes, que han colaborado activamente y de forma coordinada con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado” español.
Los últimos intentos de penetración masiva en España por uno de sus enclaves norafricanos (Ceuta y Melilla), fueron a principios de marzo, antes del deshielo de las relaciones hispano-marroquíes.
La crisis diplomática entre ambos países se desató después de que España acogiera en abril de 2021 al jefe de los independentistas saharauis del Frente Polisario, Brahim Ghali, para tratarse de covid-19 en un hospital del país.
Marruecos reinvidica el Sáhara Occidental, una antigua colonia española, y la crisis diplomática se cerró cuando España abandonó su neutralidad histórica entre independentistas sahararuis y Rabat, para respaldar el plan marroquí para el territorio, consistente en dotarlo de autonomía.
El punto álgido de la crisis hispano-marroquí se dio en mayo de 2021, cuando, aprovechando que las autoridades marroquíes habían relajado los controles, unos 10.000 migrantes entraron en Ceuta.
A pesar de que Madrid y Rabat han arreglado sus relaciones, “España no va a tolerar la instrumentalización de la tragedia de la inmigración irregular como arma de presión”, avisó en junio el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.